viernes, 8 de abril de 2011

EL MERCADO EN ESPAÑA 2001-2010: CIFRAS PARA REFLEXIONAR

Cuando uno intenta analizar y entender la evolución del mercado cinematográfico en un territorio concreto, un primer elemento determinante es decidir el periodo que será objeto de estudio.


Si te vas muy hacia atrás en tiempo corres el riesgo de tomar como referencia un mercado demasiado distinto al actual. No sólo por el incremento del nivel de vida y del precio de las entradas sino por el número de pantallas, el número de copias por estreno y la consiguiente forma de distribuir y explotar los títulos. Son cambios demasiado significativos por lo que podríamos caer en el error de comparar, en cierto modo, peras con manzanas.


Partiendo de esa premisa entiendo que es razonable delimitar el periodo de análisis a una década. Veremos, por tanto, los datos del mercado español entre 2001 y 2010.


Lo siguiente que corresponde establecer son los parámetros a utilizar, las variables que permitan visualizar la realidad del mercado y extraer conclusiones (la utilidad de las cuales dependerá del enfoque de quién y cómo interprete las cifras).


Siempre que manejamos datos corremos el riesgo de exagerar la presencia de números, de cruzar cifras para obtener ratios que, muchas veces, o no se presentan de forma clara o generan confusión pecando por exceso. Sirva ésta reflexión como disculpa si, a pesar de lo dicho, la sucesión de datos se hace un tanto incomprensible o difícil de digerir. Intentaré aplicarme en la parte didáctica.


Para que la realidad del mercado quede bien representada en números he optado por considerar los siguientes parámetros: habitantes (dato obtenido de la web de Instituto Nacional de Estadística), pantallas, espectadores y recaudación (datos éstos provenientes de lo que publica el Ministerio de Cultura también en su web).


A partir de esa variables que podríamos calificar básicas, y cruzando datos entre sí, se presentan también las siguientes ratios: habitantes por pantalla, espectadores por pantalla, precio medio de la entrada y promedio de asistencia por habitante y año. Son todos ellos parámetros comúnmente reconocidos entre profesionales del sector cinematográfico como indicativos de la salud del mercado de cada país.


Haré alusión a la evolución de esos parámetros referidos al mercado español en su conjunto pero, también, a cual ha sido la realidad de los mismos en las seis provincias con más recaudación y número de espectadores (Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga y Sevilla). Vayamos, ya, a los números.


En 2001, España tenía una población de 40,8 millones de habitantes. Existían 3.770 pantallas activas que reunieron a 146,8 millones de espectadores e ingresaron 616,4 millones de euros. El promedio de habitantes por pantalla era de 10.835 y el de espectadores por pantalla se situaba en 38.942. Como consecuencia de éstas cifras, el precio medio de la entrada era de 4,20€ y el promedio de asistencia de 3,6 veces por habitante y año (el que se consideraba de los más altos de Europa en aquellos años).


Diez años después, al finalizar 2010, los números son éstos otros: la población ha crecido en más de seis millones de habitantes (un aumento del 15%); el número de pantallas es un 8% mayor (hay 4.080 operativas); el número de espectadores ha caído un 31% (se han perdido 45 millones de asistentes hasta llegar a los 101,6 millones) mientras la recaudación ha crecido un 7% (casi 46 millones de euros más suponen los 662,3 ingresados durante 2010). El promedio de habitantes por pantalla (como consecuencia del aumento de la población y del número de salas) ha crecido un 6% (hasta los 11.525) aunque el de espectadores por pantalla ha descendido un 36% hasta los 24.899. El precio medio de la entrada llega a los 6,52€, un 55% por encima del de 2001 (notándose ya el efecto que supone el incremento que conlleva cada entrada para proyecciones en 3D). Por último, el promedio de asistencia se queda en 2,2 veces por habitante y año, un 40% por debajo del mismo parámetro diez años atrás.


Que la dinámica del mercado cambia en poco tiempo (diez años, vistos en perspectiva de la época contemporánea, no son tantos) lo demuestra el siguiente dato: el promedio de copias por estreno de las diez películas más taquilleras de 2001 fue de 310. En 2010, ese promedio se iba hasta las 650 copias por título. Un aumento del 110% cuando el número de pantallas sólo creció un 8%. El número de puntos de venta un poquito mayor; el número de unidades de producto por punto de venta, mucho mayor. Consecuencia, más concentración en las primeras semanas de exposición; menos tiempo medio de estancia en cartelera; menos número de títulos a disposición de los consumidores.


No voy a profundizar en el análisis e interpretación de todos éstos resultados. Eso lo dejo para que cada cual haga la lectura que más le apetezca. Es lo que tienen los números fríos. Se pueden considerar desde diferentes puntos de vista. Y si a alguien le apetece saber mi opinión y mis reflexiones, estoy abierto a atender ese tipo de peticiones. Sí hago notar que, por mucho que se quiera ser benévolo en la interpretación, salta a la vista una evidencia: el incremento del precio de las entradas no guarda relación con el aumento del coste de la vida en España en ésta última década (mayoritariamente incluida en la época gobernada por el euro como moneda y la política económica tutelada por la Unión Europea). Es un aumento desproporcionado. Y algo tendrá que ver (no entro a valorar si mucho o no tanto) en que la asistencia media haya caído de una forma tan pronunciada.


En los años que van de 2001 a 2010 se incluyen desde el que presenta un mejor registro en asistencia y recaudación (2004, con 143,7 millones de entradas vendidas y 691 millones de euros de ingresos) hasta el que toca fondo en espectadores (2010 con los 101,5 millones ya mencionados) pasando por el que peor dato de recaudación ha tenido en la década (2008 con 619 millones de euros).


El número de pantallas crece hasta 2005 (en que se llega a 4.398) e inicia un descenso en 2006 hasta llegar a las 4.080 de 2010. El precio medio de la entrada ha crecido a un ritmo de entre el 5 y el 6% en los primeros años (de 2001 a 2003), de entre el 3 y el 5% en los siguientes (de 2004 a 2008) y del 6 y 7% en los dos últimos (2009 y 2010). El promedio de asistencia sólo sube en 2004 y 2009 respecto al año anterior (un 4 y un 1% respectivamente) pero presenta agudísimos descensos en 2005 (un 13% de caída respecto a 2004), 2008 (un 10% respecto a 2007) y 2010 (un 8% respecto a 2009).


En las provincias con más peso en el panorama nacional, mientras tanto, se dan resultados un tanto llamativos.


Madrid crece en habitantes un 19% (hasta los 6,4 millones), pierde pantallas (casi un 7% hasta las 570 de 2010), cae un 25% en espectadores (de 28,5 a 21,3 millones) pero aumenta un 10% la recaudación (que llega casi a los 150 millones de euros). Su promedio de espectadores por pantalla es de 37.338, un 20% peor que el de 2001 y un 50% mejor que la media estatal. Su precio medio es, en 2010, de 7,03€ (un 8% superior al promedio nacional), un 48% más alto que el de 2010. El promedio de asistencia fue de 3,3 veces por habitante y año, un 37% por debajo del que se registró en 2001 (y un 50% por encima del promedio del conjunto del país).


Barcelona presenta cifras peores. Aumenta su población hasta los 5,5 millones de habitantes (un 15% más alta que diez años atrás), incrementa el número de pantallas en un 12% (tiene 523 en 2010), pierde un 34% de la asistencia (se queda en 15,7 millones de espectadores) y su recaudación (que no pasa de 110 millones de euros) es un 0,2% inferior a la de 2001. El promedio de espectadores por sala (30.119) es un 41% peor en 2010 que en 2001 (un 21% por encima del promedio en España el año pasado). El precio medio se sitúa en 7,0€ (un 51% superior al de diez años antes y 7% por encima de la media nacional) mientras el promedio de asistencia se queda en 2,9 veces por habitante y año (un 42% por debajo del de 2001 y sólo un 32% por encima del que promedia en conjunto de España).


Madrid y Barcelona suponían un 40% de la recaudación total en 2001 con un 36% de la asistencia y un 29% de las pantallas. En 2010 sumaban el 39% de la taquilla, siguen siendo el 36% de los espectadores y acogen el 27% de las pantallas.


Valencia crece un 4% en pantallas entre 2001 y 2010 (llega a las 225), pierde un 26% de espectadores (está en 6,5 millones) y gana un 12% en recaudación. Su promedio de espectadores por pantalla (29.137) ha caído un 29% mientras su precio medio (6,3€) sube un 52% y la asistencia media baja un 36.5%.


Alicante tenía en 206 pantallas en 2010, un 32% más que en 2001. El total de espectadores cayó un 24.5% (hasta los 4,2 millones) creciendo un 16% en recaudación. El promedio de asistencia por sala se situó en 20.331 espectadores, un 43% inferior al de 2001. Su precio medio fue de 6€ (un 53% superior) y el promedio de asistencia fue un 43% peor que el de 2001.


Málaga ha pasado de 100 a 174 pantallas en éstos diez años (74% de incremento), los espectadores bajaron un 22% (hasta los 3,6 millones) y los ingresos crecieron un 37%. Su promedio de espectadores por sala (20.756) fue un 55% peor en 2010 que en 2001, el precio medio se situó en 6,7€ (75% superior) y el promedio de asistencia bajó un 37.5%.


Sevilla, por último, vio crecer el número de salas un 34% (tenía 167 activas a finales de 2010) y decrecer el número de espectadores en un porcentaje similar (33% menos con 3,7 millones de entradas) mientras la recaudación subía un 11%. El promedio de espectadores por pantalla caía un 50% hasta situarse en casi 22.000. El precio medio alcanzaba los 6,2€ (un 66.5% superior en 2010 que en 2001) y el promedio de asistencia perdía un 40%.


La suma de éstas seis provincias supuso el 55.5% de la recaudación y el 52% de los espectadores en 2001 con el 44% de las pantallas. Diez años después, generan el 56% de los ingresos y el 54% de la asistencia con el 46% de las salas.


No hace falta decir que se podrían obtener muchísimos más datos como consecuencia del cruce de éstas y otras variables (promedios por título estrenado, segmentaciones por zonas geográficas, por nacionalidad de origen de las películas, y tantas y tantas más). Para satisfacer meras curiosidades estadísticas o para usarlos como herramienta que sea útil en futura toma de decisiones. Quienes dispongan de un departamento de investigación de mercado ya saben de qué hablamos. Quienes no lo tengan, siempre pueden subcontratarlo.


Confío en no haber aburrido en exceso con ésta avalancha de números. Es lo malo de que te gusten las estadísticas y que creas que pueden (deben) ser muy útiles para entender la realidad del mercado donde te mueves. Gracias por la comprensión. A disponer.

34 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno Juan
Crees que bajando el precio de la entrada, aumentaria el nº de espectadores?
Comparativamente, es mas caro el precio de la entrada que en otros paises como EEUU, Francia, GB, Alemania, Italia?
Varias de las mayores cadenas de exhibiciòn estan en quiebra, hay un futuro mejor para la exhibiciòn o la caida se prolongarà el pròximo decenio?

Anónimo dijo...

PERDONAR EL OFF-TOPIC

pero quería mencionar la pasada de adquisición que se ha marcado A CONTRACORRIENTE FILMS

http://www.acontracorrientefilms.com/noticia/10/a-contracorriente-films-estrenara-la-nueva-adaptacion-de-jane-eyre-el-proximo-otono/

Gonzalo Martín dijo...

Juan has puesto con números lo que es evidente: el declive del cine como espectáculo y su papel dentro del ocio.

La reflexión sobre el precio es muy importante en términos de elasticidad y rentabilidad de los dos negocios involucrados: exhibicion y producción. ¿Precios más bajos y más espectadores mantienen o suben la recaudación total o es mejor sostener la recaudación y tener menos espectadores que terminarán viendo las películas en mecanismos no controlados puesto que el DVD languidece? Sospecho que la industria prefiere pájaro en mano: si en fin de semana llenas - o casi llenas - bajar el precio no te resuelve nada, si bajas entre semana ¿atraes espectadores nuevos o canibalizas el fin de semana?

Juan Herbera dijo...

Bajar el precio, después de cómo han ido las cosas, no es la solución. El daño está hecho. Quizás mayor gama de descuentos, estabilidad en los precios máximos, reducción del sobreprecio para proyecciones en 3D, ofertas especiales según títulos, días y horas de exhibición...

Si se entra en una guerra de precios a la baja eso no beneficiaría al conjunto del sector.

Había que haberlo pensado antes. Y no será que no hubo voces (que no se oyeron demasiado, eso sí) que alertaron del peligro de cargarse a la gallina de los huevos de oro: el espectador.

La entrada media en 2010 era más cara en España que en Estados Unidos, por ejemplo. Y sin considerar el nivel de vida. No es lógico.

En 1999, según un estudio que me facilita Ricardo Gil (ricardogil&asociados) el precio medio en España era de 3,78€ por 5,36€ en Francia. La asistencia, 3.3 veces en España por 2.55 en Francia. En 2009 el precio medio era el mismo (6,1€) pero la asistencia era de 2.36 en España y 3.11 en Francia. Y que yo sepa el nivel de vida en Francia sigue siendo más elevado que en España.

De las quiebras en cadenas de exhibición, si te refieres a España, se está recogiendo lo sembrado (mal sembrado) en la década de los 90. Una vez se supere esta fase (con cierre de salas mucho más numeroso que el visto hasta ahora) debe haber un futuro mejor.

Por cierto, hace dos días se hizo público que Cineworld, uno de los tres circuitos británicos más importantes, ha adquirido Cinesur, la quinta cadena por cuota de mercado en España.

Juan Herbera dijo...

Gonzalo:

No había visto tu comentario al colgar el mío.

El problema de la posible pérdida de espectadores por culpa de un precio excesivo no se genera ni se resuelve en dos días.

Bajar precios, como decía antes, no es la solución. Hay espectadores que se han quedado por el camino y que no van a volver al hábito de ir con frecuencia al cine sólo porque les bajen el precio entre semana.

Si alguien bajase mucho en laborables podría canibalizar algo su asistencia de fin de semana. Pero habría que ver su índice de ocupación en fin de semana. Si está excedido de público, no le importará recoger parte de ese excedente a precio más bajo. Pero hay experiencias que demuestran que la inmensa mayoría de los que acuden en fin de semana no pueden ir al cine entre semana. Por tanto, canibalización muy limitada.

Lo que ha hecho daño es que el precio (sea de laborable o de fin de semana) se ha disparado sin ir acompañado de una oferta de películas que dejase satisfecho al consumidor. Si cada vez veo menos pelis que me gusten y cada vez son más caras, cada vez iré menos.

Y si las bebidas/comida son mucho más caras, con más razón.

Y si me puedo descargar pelis sin pagar, otra excusa más.

Es un debate apasionante. Las dos posturas (subir precios siempre que se pueda o aguantar precios a pesar de todo) tienen sus argumentos a favor y en contra. Se trata de poner sentido común, analizar muchos resultados, prever diversos escenarios (muchos números otra vez) y encontrar el punto medio.

Nadie asegura, en ningún caso, el gran éxito. Pero creo que visto cómo han ido las cosas, es lo menos que se debería hacer.

Gonzalo Martín dijo...

Existe un problema de sobreabundancia de oferta, multiples alternativas de ocio y percepción de precio: ¿de verdad merece la pena ir al cine para ver "esa" película o puedo esperar a que salga gratis o a un euro en cualquier periódico? Lo que no es acontecimiento social, parece que puede esperar. La descarga afecta, pero creo que generalmente al mismo que no iría. A muchos que prueban y no la ven entera. Otros ven viejos catálogos. Algunos pasan de la calidad de la sala y, si, otros la sustituyen, pero creo que es lo más reducido de todo el entorno. Ahora: tus números son apabullantes en cuanto a sobreprecio de las salas españolas.

Añadele otro facto "sociológico" que, al menos a mí, que era de los de seis y ocho visitas al mes, me para: la conducta del público se ha vuelto insufrible.

Más: Para ver películas como El secreto de sus ojos o The Kids are alright la pantalla de las salas me aporta realmente nada en comparacion con la comodidad de la tele de mi casa.

Creo que todo suma: precio, mercado del ocio, alternativas tecnológicas, pérdida de valor del acto social de ir al cine... Otra cosa es si es inevitable y, si es así, que el desgaste sea más lento.

Juan Herbera dijo...

Gonzalo:

Muy de acuerdo en todo lo que dices.

Sí creo que no es una pendiente sin fin pero será un mercado más reducido. Quiero creer que el cine, como tal, tiene cuerda para rato. Eso sí, habrá que asumir que habrá menos espectadores, seguramente de un perfil algo distinto al de los años dorados (80-90-2000-2010), que habrá que hacer un producto atractivo que se desmarque del que se puede consumir en casa (y ahí tienen mucho que ver los guiones, el 3D, los efectos especiales, las características de las salas) y que habrá que tener muy en cuenta al consumidor (calidad, comodidad, educación, precio de las entradas...). Y, por supuesto, entender que hay que desarrollar nuevas formas de distribución de los contenidos cinematográficos. Y si eso supone revisar ventanas y costes habrá que hacerlo. Con todos los agentes implicados opinando.

Lo del comportamiento del público hace tiempo que se sucede. Y se va agravando con el tiempo. Algo tendrá que ver que la mayoría de cadenas de exhibición en España no profundizan en el servicio al cliente. Ni como filosofía de empresa ni en la formación de sus empleados para trasladarlo a lo que sucede en el recinto del cine (taquillas, bares, vestíbulos, salas) (afortunadamente yo aprendí mucho de eso en AMC). Y, para mayor desgracia, cuando se han visto con problemas en la cuenta de explotación lo primero que han recortado es en personal de sala. O sea, menos empleados para atender al público lo que implica peor servicio y más facilidad para que el follón se imponga.

Falta algo de cultura del respeto a los demás, pero tampoco se ha hecho demasiado para combatir eso y para formar en otra dirección.

Lo dejo aquí porque si no va a parecer que ésto es poco menos que un desastre. Y yo quiero seguir pensando que tiene solución.

Anónimo dijo...

Juan,respecto a la venta de Cinesur,en El mundo comentan que Cineworld se quedará solo con 11 de los 15 cines,así está firmado.

Los que se han quedado fuera de dicho acuerdo han sido los:
-Cinesur Larios (Málaga): 10 salas,una de ellas con Digital 3D

-Cinesur Pinto (Pinto,Madrid) de 8 salas,una de ellas con Digital 3D

-Alkazar (Córdoba),de4 6 salas,una de ellas con Digital 3D,además este cine suele tener una programación que mezcla comercial y alternativo,no obstante,está metido en Europa Cinemas

-Cervantes (jaen),de 1 sola sala,es un cine muy clásico que data de 1910

Reespecto a estos 4 cines,creo que Cinesur debería ir con cautela y seguir con estos 4 cines hasta que encuentre alguna empresa interesada en llevarlos.
Estoy convencido de que si les ofreciesen los Larios o los de Pinto a empresas como Ocine,seguro que habría acuerdo.

Pero si yo fuese hijo/nieto o tal de los Sánchez-Ramade,como cinéfilo que soy,intentaría convencer a papas y abuelos de que mantuviesen abiertos,al menos los Alakazar y el Cervantes,esas dos pérdidas serían irreperabales.

Juan Herbera dijo...

Fernando:

Aún desconociendo los números (financieros) de la operación y los de cada uno de los cines que mencionas, de entrada no me sorprende la decisión de Cineworld de dejarlos fuera del acuerdo. Desde el punto de vista comercial son cines poco competitivos.

En cuanto a su continuidad, entiendo tu razonamiento sentimental pero habrá que ver si la realidad financiera de cada uno de los cines y del grupo de empresas al que pertenecen lo hace viable. No parece muy probable que así vaya a ser.

Martin Pawley dijo...

En el período 2001-2010 el IPC acumulado fue de un 27%, aproximadamente, mientras el precio medio de las entradas de cine aumentó un 55%. Aquí, unos gráficos que hice hace unas semanas para mi blog: http://blogs.xornal.com/sinais-de-vida/2011/02/23/os-numeros-do-cinema-en-espana-o-custo-das-entradas/

Anónimo dijo...

Quería rectificar que los ciens Alkazar son de 6 salas y no de 4.

Pero,Juan,por poco rentable que sea,¿serias capaz de cerrar un cine que lleva desde 1910?
Si no funciona estrenar títulos comerciales,siempre puede rentarlo el ayuntamiento y hacerlo una filmoteca o una sala de reestrenos.
Pero sería fatal deshacerse de una sala así.
Y aunque sea con dos sesiones diarias (de normal este cine hace 3 sesiones diarias);podría llevarse una programación de filmoteca o reestrenos. Vamos,así lo veo yo.

Los alkazar si que no le veo alternativa.

A todas estas,¿que harán con los 3 proyectores Digital 3D que quedarán cuando cierren dichos cines?

Juan Herbera dijo...

Martin:

El aumento del IPC durante la década 2001-2010 es el complemento perfecto para ilustrar la desproporción en la subida del precio medio de las entradas.

Muchísimas gracias por la aportación y enhorabuena por tu artículo en Xornal.

Juan Herbera dijo...

Fernando:

Todas las alternativas al cierre me parecen extraordinarias. Ojalá alguna de las que propones sea la que mantenga el cine funcionando. Desgraciadamente, la gestión privada en muchos casos similares se ha demostrado incapaz de mantener los costes y han acabado cerrando. Espero que se encuentren soluciones y que los espectadores respondan.

Por los proyectores 3D no sufras. Hay muchas salas por digitalizar y la empresa y/o las integradoras sabrán darle salida hacia otras cabinas.

Martin Pawley dijo...

Hice varios posts con datos sobre el cine en España, puedes localizarlos aquí: http://blogs.xornal.com/sinais-de-vida/category/graficos-e-taboas/

Juan Herbera dijo...

Martin:

Muy buen estudio. ¿Realmente crees que hago falta yo en una charla sobre los números del cine? ¡Tú lo harías de fábula! (te he contestado al mail hace unos minutos)

Carlos Bernar dijo...

Realmente interesante Juan.

¿como ves el hecho de que cada vez las producciones sean más caras?
Viendo el panorama de futuro, en el que parece que tiene que haber un cambio del modelo de negocio, no entiendo porqué cada vez son más caras habiendo más riesgo.

Gracias por tu análisis

Bernizo dijo...

Hola Juan. ¿Lo tienes en Excel o CSV? ¿Podrías poner la fuente?

Obviamente solo se habla del efecto en la taquilla -ejem- pero no de la evolución de los hábitos de consumo.

¿A dónde se ha ido toda esa gente? :)

Vamos a necesitar una Tomografía.

Unknown dijo...

Puede que el tema no sea sólo el precio de la entrada, sino que los cines no están luchando por sus clientes: por atraerlos.

Una sesión de cine no es sólo la entrada: es la bebida, las palomitas, etc.

Y ahí cabría hacer descuentos. O que crearan vales para que uno pudiera ir a ver, no sé, 10 películas por menos dinero.

Es curioso que los empresarios exhibidores están todo el día quejándose, pero ellos, por su cuenta, no aportan ideas nuevas.

¿Iría más gente al cine si costara más barato? Eso ya es hacer hipótesis. Tal vez sí, pero tal vez no con un aumento tan significativo.

Juan Herbera dijo...

Carlos:

Interesante reflexión. Supongo que los estudios (o algunos de ellos con algunas de sus producciones), pensando en que el cine seguirá siendo la primera ventana (quizás no la que más ingresos genere pero sí la que permita que las otras ventanas facturen mucho) y que la exclusividad de ésta cada vez será más corta, quizá intenten asegurar el éxito lo más rápido y lo más notablemente posible.

Seguramente es una reflexión poco consistente. Acepto otras más profundas.

Juan Herbera dijo...

Bernizo:

En cuanto a las fuentes, al principio del artículo digo que los batos provienen de las webs del Ministerio de Cultura y del Instituto Nacional de Estadística.

Esas cifras las cruzo yo y de ahí obtengo las ratios adicionales que menciono en el post.

Que los datos los tenga en Excel u otro formato creo que es irrelevante en éste contexto. Eso sí, a la hora de presentar trabajos por encargo (que los hago, que los quiero hacer, cuantos más mejor!) lo hago en el formato que el cliente solicite.

Estoy de acuerdo contigo en que habría que analizar a fondo y en paralelo la evolución del consumo de cine con los hábitos de consumo especialmente de ocio. Pero yo no doy para tanto. Os tendréis que conformar con el análisis sobre consumo de cine. Y seguramente muy mejorable.

Juan Herbera dijo...

Fernando:

Si repasas los diferentes comentarios que se han escrito es éste mismo espacio verás que coincido en buena medida con tus reflexiones. Que la bajada de precio, por sí misma (llegados a donde estamos), no sería la solución mágica para hacer crecer la asistencia; que conviene una política de precios más flexible (más descuentos en días y horas asequibles para el común de los consumidores de cine) y que la mayoría de circuitos de exhibición hace ya tiempo que han sacrificado la atención al cliente rebajando personal de sala para ahorrar costes salariales. Y, por supuesto, que la experiencia cinematográfica hoy en día, para buena parte del consumidor habitual, no es sólo la entrada sino todo lo que acompaña a ésta (comida, refrescos, desplazamiento en coche...).

Anónimo dijo...

Interesantes aportaciones por parte de todos.

Respecto al precio de las entradas, estoy de acuerdo en que una bajada no sería la solución mágica... pero no creo que haya que descartarla de forma tan radical. Una bajada de un euro, por ejemplo, si se divulga adecuadamente, podría tener el interesante efecto psicológico de llevar a pensar al consumidor que, de golpe, el cine se ha vuelto una forma de ocio muy asequible. De hecho si se compara con otras muy populares, quizá en verdad lo sea. Este fin de semana estuve en Madrid, y pagué diez euros por una copa en una terraza en La Latina...

Citas Juan una "guerra de precios" que no beneficiaría a nadie. Ciertamente. Sobre todo, a agentes económicos que se comportan como un oligopolio. Quiero decir que comprendo el interés que pueda tener un exhibidor en evitar las citadas guerras, pero creo que hay que decir que el sector se ha comportado siempre con una uniformidad excesiva.

El cine es algo más que la película como muchos han apuntado con acierto. Las palomitas, los restaurantes de la gran superficie próximos al cine, el aparcamiento, la calidad de las salas (sonido, imagen, butacas), el respeto de los asistentes... son todos aspectos que CADA SALA debería esforzarse en mejorar para competir con las otras. Y echarle imaginación. No dejar de pensar. Se me ocurre (no se si esto existe)que en lugar de un DVD sin extras de una película que no me dice mucho, esta navidad me habría gustado que alguien me regalara un bono de cinco películas en los cines Palafox para todo el año 2012.

José Manuel

Juan Herbera dijo...

José Manuel:

Los cines Palafox ¿de Madrid o de Zaragoza?

Anónimo dijo...

Pues el desastre de EMI Music ha pasado factura a Terra Firma,pues han puesto Odeon-UCI (y,por ende,Cinesa) a la venta.

http://www.guardian.co.uk/media/2011/apr/12/guy-hands-odeon-uci

Imagino que ahora el proceso de venta de UGC se habrá paralizado,¿no?

Juan Herbera dijo...

Fernando:

El artículo no asegura que Terra Firma haya puesto en venta UCI-Odeon. Sí anuncia que podría hacerlo (y cuando el río suena...).

No obstante, uno de los compradores podría haber sido el tercer circuito británico, Vue, en la puja unos meses atrás. Y los que estarían mejor situados son otros dos fondos.

No creo que deban paralizar la adquisición de UGC. Al fin y al cabo eso daría más valor al circuito...Atentos, en cualquier caso.

Martin Pawley dijo...

No me cabe duda de que será magnífico escucharte, Juan. Y lo mejor será lo que podamos hablar antes y después de la charla :-)

Anónimo dijo...

Los Palafox de Zaragoza, paseo de la Independencia...

Juan Herbera dijo...

José Manuel:

Buena elección para un regalo. Los conozco muy bien. Estuve trabajando en esa empresa durante más de cuatro años, justo cuando se construían las nuevas salas adyacentes al histórico Palafox de casi mil butacas.

Tengo entendido que los Aragonia aún son mejores (no los conozco. Cuando yo estaba era la fase de aprobación de proyecto). Y supongo que también valdrán la pena los Plaza Imperial de Yelmo en PLA-ZA.

Por novedades no será, ¿verdad? Y quizás llegue algo más...

Juan Herbera dijo...

Martin:

Pues será un placer hablar lo que haga falta. Antes, durante y después.

Gracias!

Por cierto, ¿qué sabes de CREBINSKY? Sólo ha funcionado medianamente en cines gallegos (seis de nueve de los que la han estrenado). Y veo que cierta gente está encumbrando unas cifras que no dejan de ser justitas (eso sí, respeto máximo por la peli, pues no la conozco, y deseos de toda la suerte del mundo en su carrera comercial).

Anónimo dijo...

Sí, Juan, los Aragonia también están muy bien. Una inversión enorme. Y los de Plaza, y los de Grancasa... Está claro que en Zaragoza el problema no es la falta de salas.

Unknown dijo...

Lo curioso es que supongo que los cines deben tener su departamento de marketing. Pero no se les ve trabajando en nuevas ideas.

Por ejemplo, todos esos que "viven" en un centro comercial podrían idear ofertas "cruzadas"; invitaciones o descuentos en el almuerzo, tras una sesión matinal...

Pero bueno; al menos aquí estamos todos más o menos de acuerdo. Si los productores ya empiezan a escuchar, y los distribuidores... ¿cuándo navegarán, leerán y tendrán en cuenta qué se escribe por aquí y en muchos otros sitios los exhibidores?

Unknown dijo...

Lo curioso es que supongo que los cines deben tener su departamento de marketing. Pero no se les ve trabajando en nuevas ideas.

Por ejemplo, todos esos que "viven" en un centro comercial podrían idear ofertas "cruzadas"; invitaciones o descuentos en el almuerzo, tras una sesión matinal...

Pero bueno; al menos aquí estamos todos más o menos de acuerdo. Si los productores ya empiezan a escuchar, y los distribuidores... ¿cuándo navegarán, leerán y tendrán en cuenta qué se escribe por aquí y en muchos otros sitios los exhibidores?

Juan Herbera dijo...

Fernando Meri:

CINESA compra los cines de UGC en España e Italia:

http://bit.ly/gwsZTd

¿Lo ves, cómo la posible venta de la matriz no iba a frenar ésta adquisición?

Juan Herbera dijo...

Fernando Hugo:

Hay algunos circuitos que son más proactivos que otros en temas de marketing si bien coincido contigo en que hay mucho camino por recorrer.

A veces, no obstante, algunas de sus ideas se ven frenadas por las distribuidoras si hay entradas de por medio. Cualquier acción cruzada que implique descuentos en las entradas, si el cine lo comunica, muy probablemente deba asumir en su presupuesto de publicidad la parte del descuento que el distribuidor no acepta. Y siendo así muchos cines prefieren no asumir ese coste (otros quizás no informen...).

Quizás la llegada de Cineworld (tras haber comprado Cinesur) ayude a avanzar algo en ésta línea.

Y algunos circuitos sí leen lo que se escribe por aquí...