lunes, 27 de diciembre de 2010

FLOJA DESPEDIDA DE AÑO 2010

El último fin de semana de 2010 ha confirmado la tendencia apuntada en las últimas semanas: que han faltado títulos con gran atractivo comercial en la cartelera que empujasen a los espectadores a ocupar las salas. Los 8 millones recaudados entre el día de Nochebuena y ayer domingo quedan muy lejos (un 57% por debajo) de los casi 18,5 de un año atrás, si bien entonces del fin de semana se aprovecharon los tres días (éste año el viernes era prácticamente nulo al ser la vigilia de Navidad) y, lo que es más importante, tuvo como gran protagonista a AVATAR que, ella sola, se llevó más de 8,3 millones de la taquilla total (un 45% para un sólo título).


AHORA LOS PADRES SON ELLOS (Paramount) se erige en la vencedora del fin de semana con una recaudación de 1,9 millones de euros en 386 pantallas lo que supone un promedio de casi 5.000€ por sala y un acumulado de 2.307.000€ en los cinco días que lleva en cartelera. Muy complicado lo va a tener para alcanzar a sus predecesoras. La primera, estrenada hace diez años, llegó a los 14 millones de euros (con más de tres millones de espectadores) mientras la segunda, estrenada hace cinco años, se quedó en 13,5 millones de taquilla y 2,6 millones de espectadores. No parece que ésta tercera entrega tenga fuelle para superar los 8 millones de euros lo que supondría alcanzar algo más de 1,2 millones de espectadores.


Quizás a alguno de los lectores les sorprenda que hago referencia a salas o pantallas y no a copias como solía ser habitual anteriormente. La primera consecuencia de éste cambio es que los promedios serán más bajos pues es normal que haya más pantallas en exhibición que copias en circulación sobre todo en los títulos más comerciales. El concepto copia pierde su valor cada vez más, sobre todo por la irrupción del formato digital que permite que un único soporte físico (el equivalente a la copia tradicional de 35 mm) se descargue y se proyecte en más de una sala. Si a eso le añadimos el clásico interlock (simultanear la proyección de una misma película en varias salas a la vez con un único soporte) entenderemos que es mucho más explicativo de la realidad del mercado hablar de salas o pantallas que de copias y/o cines.


LOS VIAJES DE GULLIVER (Fox) se lleva la segunda posición durante el fin de semana de Navidad con 1.560.000€ en 500 pantallas, acumula casi 1,9 millones en los cinco días desde su estreno y se convierte en la primera elección del público infantil y familiar por encima de su colega de estudio NARNIA 3 y del dominador histórico del periodo navideño, Disney, con su remake de TRON.


260 pantallas de GULLIVER han exhibido en 3D (un 52% del total) recaudando 920.000€ (un 59%) y promediando 3.540€ por sala mientras el resto de salas se quedan en un promedio de 2.645€. El precio medio de las entradas en 3D se sitúa en 8.5€ mientras el del resto (exhibiciones en 35 mm y digital 2D) se queda en 6.3€.


Tercera posición para CRÓNICAS DE NARNIA: LA TRAVESÍA DEL VIAJERO DEL ALBA (Fox) con 625.000€ en 380 salas (sólo un 23% de ellas exhiben en 3D a éstas alturas). En su cuarto fin de semana cae un 27% respecto al fin de semana precedente y acumula casi 8,5 millones desde su estreno, un 48% de los cuales proviene del 3D. Si nada extraño sucede superará a la segunda parte de la saga estrenada en verano de hace dos años que cerró su carrera comercial con 9,5 millones de euros. En espectadores es posible que quede por debajo debido al efecto del 3D y el incremento del precio en las entradas. Quedará, en cualquier caso, muy lejos de los 18,6 millones logrados por la primera parte estrenada en diciembre de 2005.


TRON (Disney) aparece en cuarto lugar con 620.000€ y 445 pantallas en el fin de semana de Navidad. Cae un 49% respecto al fin de semana precedente, el de estreno, y acumula 2.227.000€ en diez días. Sin duda no será un éxito para recordar por Disney en sus fechas históricamente favoritas. Difícilmente alcanzará los 5 millones de euros al final de su carrera en España. O es un mercado nada apropiado para la película o es que algo ha fallado en la promoción previa al estreno. No es nada habitual que España pinche tanto respecto a la taquilla norteamericana en un estreno comercial de Disney.


Un 40% de las salas exhibían en 3D éste fin de semana y han recaudado más del 65% de la taquilla de los tres días promediando unos 2.225€ por pantalla. El resto de copias apenas superan los 800€ por sala. El precio medio de las entradas en 3D se dispara hasta los 8.8€ mientras el resto de sitúa en 6.5€. Este dato, con precios superiores a los GULLIVER, indicaría mayor presencia de público adulto en la de Disney que en la de Fox, que se habría beneficiado de precios inferiores para niños y matinales razón por la cual su precio medio habría sido más bajo. Una señal más de que éste año la oferta para los más pequeños no ha llegado desde el estudio más acostumbrado a liderar las navidades.


Quinta posición para la película española más taquillera de 2010. TRES METROS SOBRE EL CIELO (Warner) suma 570.000€ en 325 salas en su cuarto fin de semana (cae un 40% respecto al anterior) y hace que su marcador particular se encarame hasta los 8 millones de euros y se permita pensar en el horizonte de los 10 millones.


A continuación se sitúan otras dos de las novedades de la semana estrenadas el miércoles 22. BRUC (Universal) consigue 440.000€ en 270 pantallas en el fin de semana para un pobre promedio de 1.624€ por sala. Acumula 507.000€ en los cinco días y no parece sencillo que llegue ni a los dos millones de euros. EL DISCURSO DEL REY (DeAPlaneta) por su parte obtiene mejor promedio pues sus 385.000€ provienen de 105 salas lo que supone unos 3.620€ por pantalla. Acumula 443.000€ en cinco días y puede pensar en remontar con el boca a boca y las más que probables nominaciones a los Oscar pero nadie puede evitar la sensación de entrada discreta, claramente por debajo de lo que cabía esperar a la vista de las nominaciones a los Globos de Oro y las buenas críticas que la precedían. Tiempo al tiempo, no obstante.


BALADA TRISTE DE TROMPETA (Warner) se queda en 360.000€ en su segundo fin de semana (un 43% por debajo de su fin de semana de estreno) con un promedio cercano a los 1.270€ para cada una de las 285 salas en que se exhibía. Acumula 1,2 millones y debería superar los 2 con cierta comodidad. MEGAMIND (Paramount) recauda 295.000€ en su cuarto fin de semana en las 360 salas que aún la mantenían. Su acumulado es de 5,4 millones y su taquilla final (que en éstos momentos no parece que deba llegar a los siete millones) será, a buen seguro, una de las grandes decepciones de la temporada. Lo dicho para TRON vale para MEGAMIND corregido y aumentado pues en la de Disney hay un componente de público adulto que recordase la primera versión de la película que podría haber confundido al espectador infantil y familiar. Nada que ver con la de Dreamworks, una película de animación con clara aspiración de ser la película familiar de las fiestas. Gran decepción se mire como se mire. Un 49% de su taquilla proviene del 3D.


Cierra el Top10 BURLESQUE (Sony) que recauda 260.000€ en 270 salas para un promedio de 970€ por pantalla en su segundo fin de semana. Cae un 48% respecto al fin de semana de estreno y acumula 916.000€ en diez días. Llegar a los dos millones parece en éstos momentos un objetivo complicado.


Del resto de la cartelera conviene repasar, en primer lugar, las otras novedades de la semana. TENGO ALGO QUE DECIROS (Vértigo) recauda 46.000€ en 40 salas (promedio de 1.150€) y acumula 56.000€; EL PEQUEÑO REY MACIUS (Flins & Pinículas) sólo consigue sumar 11.000€ en 30 pantallas (promedio de 365€) y apenas llega a 14.000€ en cinco días mientras A CASA POR NAVIDAD (Golem) se queda en 7.600€ durante el fin de semana en 20 salas (380€ de promedio) y acumula 9.000€ desde el estreno el pasado miércoles.


Aproximadamente 1.140.000 espectadores acudieron a las salas durante el fin de semana de Navidad lo que lleva el precio medio del mercado hasta los 7 euros (no olvidar que en ésta cifra se incluye el 3D).


De cara a la próxima semana destacan dos novedades. La más comercial, THE TOURIST (Sony). La independiente, LA LLAVE DE SARAH (Emon). Ambas llegan el miércoles 29.


En general, como he comentado anteriormente, han sido unas fiestas con títulos que no han tenido el tirón suficiente entre el público como para hacer crecer la taquilla de forma significativa. Hay que confiar en que de cara al próximo año la cosa mejore.

domingo, 26 de diciembre de 2010

AVANCE FIN DE SEMANA 24-26 DE DICIEMBRE


Según una primera estimación AHORA LOS PADRES SON ELLOS (Paramount) lideraría el fin de semana de Navidad con cerca de 2,1 millones de euros en casi 370 pantallas lo que supone un promedio cercano a los 5.700€ por sala. Añadiendo lo logrado en los dos días previos al fin de semana acumularía 2,5 millones de euros.


LOS VIAJES DE GULLIVER (Fox) ocuparía la segunda posición con casi 1,5 millones de euros en 480 pantallas con un promedio por sala algo por encima de los 3.000€. No hay que olvidar que la mitad de las pantallas exhiben en 3D y que generan casi el 60% de la taquilla total. El acumulado de los cinco días de estreno estaría entorno a los 1,8 millones de euros.


Tercera posición para TRON (Disney), que cerraría su segundo fin de semana con unos 640.000€ en 420 pantallas promediando poco más de 1.500€ por sala, lo que supondría un descenso de recaudación del 47% respecto a su fin de semana de estreno. Si obviamos el viernes en la comparativa (por aquello de que al ser Nochebuena éste año es un día casi nulo) el descenso sería del 34% a pesar de que sábado y domingo de ésta semana se corresponden con dos festivos navideños. Un 43% de las salas exhiben en 3D y generarían el 65% de la taquilla. El acumulado de los primeros diez días se iría hasta los 2.250.000 millones de euros.


Cuarta y quinta posiciones para la tercera entrega de LAS CRÓNICAS DE NARNIA (Fox) y TRES METROS SOBRE EL CIELO (Warner) con 570.000€ en 345 pantallas y 525.000€ en 310 pantallas respectivamente. Tras su cuarto fin de semana acumularían 8,4 millones de euros la de Fox y casi 8 millones la de Warner.


BRUC (Universal) entraría en las fiestas con un primer fin de semana de unos 410.000€ en 255 pantallas (para un promedio de poco más 1.600€ por sala) con lo que acumularía unos pobres 477.000€ en cinco días.


EL DISCURSO DEL REY (DeAPlaneta), por su parte, debutaría con algo menos de 400.000€ en 103 pantallas (para un digno promedio de casi 3.800€ por sala) acumulando unos 450.000€ en cinco días.


BALADA TRISTE DE TROMPETA (Warner) se quedaría con unos 345.000€ en el fin de semana para un acumulado de algo más de 1,2 millones en diez días.


El fin de semana de Navidad habría generado una taquilla de unos 7.770.000€. No hay que olvidar, al hacer comparativos y obtener promedios por sala, que el viernes fue un día prácticamente nulo (apenas 260.000€ recaudados). El sábado 25 de diciembre se habrían generado algo más de 3,4 millones y el domingo 26 habría sido el mejor día con más de 4 millones. Algo más de 1.100.000 espectadores habrían acudido a las salas.


El mismo fin de semana del año pasado (25 al 27 de diciembre) supuso una taquilla global de 18,4 millones de euros, un récord difícilmente superable a corto plazo. Es decir, éste fin de semana de 2010 es un 58% inferior al de 2009. Pero conviene recordar que entonces el viernes fue 25 de diciembre y, sobre todo, que sólo AVATAR aglutinó el 45% de la recaudación total con sus 8.387.000€ en esos tres días.


La confirmación a ésta estimación, a partir de mañana.

viernes, 24 de diciembre de 2010

EN VÍSPERAS DE NAVIDAD 2010

Para los más adictos a las interpretaciones de las cifras de taquilla, ahí van los resultados de los dos días previos al incio de la primera semana cinematográfica de las vacaciones de Navidad. Tiene cierto sentido fijarse en ellas pues desde el miércoles están en cartel algunas de las películas que deberían ser protagonistas de las fiestas, si bien conviene ser cauto y pensar que vienen días en que las recaudaciones pueden sorprender positivamente a más de un título que pueda haber empezado renqueando.


Así pues, el ranking de los días 22 y 23 de diciembre lo encabeza AHORA LOS PADRES SON ELLOS (Paramount) con 390.000€ y 67.500 espectadores conseguidos en los 300 cines en que se ha estrenado. La primera entrega, LOS PADRES DE ELLA, se estrenó también un 22 de diciembre de 2000 que entonces coincidió con un viernes. En su primer fin de semana recaudó 1.110.000€ y atrajo a 254.000 espectadores. Cerró su carrera comercial con 14 millones de euros y 3,3 millones de espectadores. LOS PADRES DE ÉL llegó el 4 de febrero de 2005. En su primer fin de semana recuadó 3.615.000€ y fue vista por 700.000 espectadores. Finalizó con 13,5 millones en taquilla y 2,6 millones de espectadores.


Otra novedad en segundo lugar. LOS VIAJES DE GULLIVER (Fox) aterriza con 316.000€ y 47.000 espectadores en 337 cines. Le sigue TRES METROS SOBRE EL CIELO (Warner) que ha dejado 242.000€ en taquilla en éstos dos días gracias a los 43.000 espectadores que han acudido a los 300 cines que la mantienen en exhibición. Tras tres semanas acumula 7,4 millones de euros y 1,1 millones de espectadores, siendo ya la mejor cifra del cine español en 2010.


Los dos últimos días de la primera semana de TRON (Disney) han recaudado 220.000€ y 31.500 espectadores en 330 cines. Cierra con 1,6 millones y 206.000 espectadores y la sensación de haber quedado muy por debajo de lo que era de esperar de una primera semana de la apuesta de Disney para las Navidades. La tercera parte de LAS CRÓNICAS DE NARNIA (Fox) encara las fiestas tras recaudar 207.000€ en éstos dos días de vigilia y atraer a 35.500 espectadores en 300 cines. Finalizada su tercera semana acumula 7,8 millones de recaudación y un millón de espectadores. La primera de la saga, estrenada en el puente de diciembre de 2005, acabó con 18,8 millones de euros y 3,7 millones de espectadores. Más al alcance le quedan los guarismos de la segunda, estrenada en julio de 2008, que se quedó en 9,6 millones en taquilla y 1,7 millones de espectadores. Prácticamente el 50% de la taquilla acumulada hasta el momento por la tercera parte proviene de las copias en 3D.


Lejos de éstos números aparecen MEGAMIND (Paramount) que acumula unos más que decepcionantes 5 millones de euros acabada la tercera semana (poco más de 710.000 espectadores), BALADA TRISTE DE TROMPETA (Warner), que cierra su primera semana con 858.000€ y 133.000 espectadores en 273 cines y BURLESQUE (Sony) que, también tras siete días en cartel, apenas supera los 650.000€ y los 100.000 espectadores en 268 locales.


De entre el resto de novedades estrenadas el miércoles día 22 cabe destacar los pobres resultados tanto de BRUC. EL DESAFÍO (Universal) como de EL DISCURSO DEL REY (DeAPlaneta). La producción catalana se queda en unos tristísimos 65.500€ y 11.600 espectadores en sus dos primeros días en casi 260 cines. La supernominada a los Globos de Oro y aspirante a muchas nominaciones a los Oscar se ha quedado en algo menos de 57.000€ y 9.400 espectadores en sus 103 locales. Una y otra tienen que confiar en la bondad de las fechas y en un boca a boca más que generoso. Y de efectos inmediatos a ser posible.


Ojalá las cifras mejoren notablemente a partir de mañana. Quizás falten títulos de gran atractivo para el público pero esa es otra historia que en una noche como ésta no conviene remover. Buena Noche y felices fiestas.

viernes, 10 de diciembre de 2010

UN PUENTE DE CASI 22 MILLONES

Cuando en un fin de semana se superan los 10 millones de euros de recaudación y en seis días se rozan los 22 es para estar satisfechos. Ahora bien, si esas cifras se dan en el puente de diciembre conviene analizar con más detalle y matizar los calificativos.


La única manera objetiva de interpretar el conjunto de la taquilla es realizando comparaciones. Y éstas no siempre son sencillas dadas las características del calendario de un año a otro.


En éste 2010 el puente ha sido de seis días, desde el viernes 3 hasta el miércoles 8, lo que incluye tres festivos y tres vigilias. Es la máxima duración posible para que todos los resultados se puedan incluir en una misma semana (que, como ya sabemos, en ésto del cine empieza en viernes y acaba en jueves). No obstante, desde el punto de vista estrictamente del negocio, la máxima expresión se producirá el año próximo: los festivos extras serán en martes y jueves lo que convierte en acueducto de incalculable interés crematístico el periodo comprendido entre el viernes previo (será día 2 de diciembre) y el domingo posterior (será el día 11): en diez días habrá cuatro festivos, cuatro vigilias (una de ellas en miércoles, día del espectador en muchos cines) y dos viernes.


Así las cosas, el puente de éste año siempre saldría beneficiado (al menos en la bondad de las fechas) al comparar con años precedentes. Lo más correcto es comparar desde el viernes previo hasta el último festivo que caiga en la misma semana. El año pasado eso supuso desde el viernes 4 hasta el martes 8 de diciembre, es decir, cinco días. Se perdía un festivo al coincidir el domingo con el día de la Constitución, si bien en algunas comunidades autónomas eso implicó hacer del lunes 7 otro festivo y así empalmar tres festivos seguidos. En resumen, 2010 partía con ventaja al disponer de un puente de seis días frente a otro de cinco el año anterior.


El resultado comparado presenta cifras muy parejas, a pesar de ese día de más que teníamos en 2010. El puente de seis días ha recaudado 21,7 millones de euros frente a los 21,3 de 2009 conseguidos en cinco días lo que supone un incremento de un 2% en la taquilla. En espectadores no sucede lo mismo. Se pierde un 4.5% al llegarse a los 3,1 millones en 2010 frente a los casi 3,3 del año anterior.


Ha sido justamente el miércoles adicional de 2010 el que permite presentar un balance positivo en recaudación en el conjunto del puente. Cada uno de los otros cinco días presenta mejores números en 2009 que en 2010, tanto en taquilla como en espectadores (y eso que ha habido un incremento en el precio medio de la entrada cercano al 7%, influido sin ninguna duda por el mayor peso del 3D como más adelante veremos).


Durante el fin de semana el 2010 se queda un 15.5% por debajo en recaudación (10.6 millones frente a 12.5) y casi un 21% en asistencia (1.5 millones de espectadores frente a 1.9). Es el sábado el día que peor sale en la comparativa. Si el viernes se pierde un 14% de taquilla y un 18% de asistencia, el domingo es el día que mejores números presenta en el fin de semana al ceder un 11% en recaudación y un 16.5% en asistencia. El sábado ha sido peor en 2010 en un 23% en taquilla y en un 27% en espectadores (el fútbol y la huelga de controladores puede que ayuden a entender ésta realidad).


El lunes de 2010 (festivo) fue un 3% inferior en recaudación al lunes de 2009 (festivo parcial) y un 11% peor en asistencia. El martes en 2010 (no festivo) fue un 21% peor en taquilla y un 22.6% en espectadores frente al 2009 (festivo). El miércoles de 2010 es 100% incremental al no haber comparación con 2009. Gracias a sus casi 3,3 millones de taquilla y sus 470.000 espectadores el resultado del puente de 2010 no es sangrante frente al de 2009.


El precio medio del puente en 2009 fue de 6,5€ mientras en 2010 ha sido de 6,9€, un 6.7% superior.


Como ya sabemos, el 3D conlleva un notable incremento en el precio de la entrada (cercano al 40% de promedio a nivel nacional). Hemos visto que el precio medio global ha crecido cerca de un 7% de un año a otro. Parte de culpa la tiene el 3D pues si en el puente de 2009 se recaudaron 1,4 millones de euros por éste sistema de proyección en 2010 han sido 4,4 millones los que provienen del 3D. En 2009 esa taquilla suponía un 6.6% del total mientras en 2010 ha supuesto el 20%.


El 3D es la locomotora de la digitalización pero conviene no ceñirse únicamente a él al analizar las cifras. Empieza a ser necesario referirse al conjunto de las proyecciones digitales para calibrar la dimensión real de éste nuevo soporte en cada momento. Durante el puente de 2010 a lo generado por el 3D hay que añadir al menos otros 1,4 millones de euros originados por proyecciones del denominado 2D digital. Eso lleva a un total de 5,8 millones de euros en ésta nueva tecnología, un 27% del total de la taquilla.


Para intentar centrar un poco más el análisis e intentar identificar más detalladamente el origen de ésta diferencia entre una año y otro he observado el comportamiento de las cinco películas más taquilleras durante el puente.


En 2009, esos cinco títulos generaron casi 14 millones de euros y 2,1 millones de espectadores en los cinco días lo cual supuso un 65% del conjunto de películas en cartel en el puente.


En 2010, los cinco títulos punteros han recaudado 16,1 millones en seis días y han atraído a 2,3 millones de espectadores a sus salas, es decir, han incrementado la taquilla en un 16% y la asistencia en un 8% respecto a 2009. Si elimináramos el miércoles festivo de 2010 y enfrentásemos cinco días contra cinco (con un festivo menos en 2010), la taquilla sería muy parecida (sólo un 1.6% inferior en 2010) y la asistencia bajaría un 8%. Éste ejercicio, si lo hiciésemos con las cifras globales en vez de con las de las cinco películas más comerciales, daría resultados muy negativos para 2010 tanto en recaudación como en espectadores.


El Top5 de 2010 ha supuesto el 74% del conjunto de la cartelera, es decir, nueve puntos porcentuales más que lo que sucedió en 2009.


Si éste tipo de análisis lo hacemos con el Top10 la comparativa empieza a empeorar para 2010 (5% por encima la taquilla del puente pero ya un 1.6% por debajo en espectadores).


Por tanto, podemos deducir que han sido las películas de continuidad las que han perjudicado al puente de 2010. Si en 2009 había dos estrenos entre las cinco más taquilleras (Spanish movie en el número uno y Lluvia de albóndigas en el cuarto lugar) en 2010 han sido cuatro las novedades que ocupaban los cinco primeros puestos en el ranking del puente (Narnia 3, Tres Metros Sobre el Cielo y Megamind en el podio de honor y Biutiful cerrando el grupo con la primera parte de la séptima entrega de Harry Potter en el cuarto puesto).


Por títulos sólo me referiré al Top5.


Crónicas de Narnia: la travesía del viajero del Alba (Fox) consigue el primer puesto con 4,7 millones de euros y 635.500 espectadores durante el puente (casi 2,2 millones de taquilla en el fin de semana). De ellos, un 52% de la recaudación y un 44% de la asistencia corresponden a copias en 3D (237 sobre 559, un 42%) mientras el 44% de la taquilla y el 51% de los espectadores corresponde a las copias en 35 mm (298, un 53%). Otro 4% de la taquilla y 5% de asistencia proviene de las 24 copias digitales estrenadas. En total, éste formato supone un 56% de la recaudación total y un 49% de los espectadores habiendo ocupado el 47% de las copias puestas en circulación (261 sobre las ya mencionadas 559). Sería muy útil saber a cuántas pantallas corresponde éste número de copias. Quizás en un futuro no muy lejano podamos disponer de ese dato para mejorar la interpretación de las cifras.


Respecto a sus predecesoras distribuidas por Disney se queda muy lejos de los registros de la primera entrega (estrenada un miércoles 7 de diciembre de hace cinco años) que recaudó seis millones de euros (y 1.170.000 espectadores) en cinco días, 3,9 de ellos en el fin de semana. La segunda llegó en julio de 2008. Se estrenó también en miércoles y recaudó 3,8 millones en cinco días (665.000 espectadores) de los cuales 2,7 millones provinieron del fin de semana. Si la primera llegó a 18,6 millones al final de su carrera comercial y la segunda se quedó en 9,5 parece más probable que la tercera se quede en cifras próximas a la segunda, sobre todo teniendo en cuenta que en dos/tres semanas sufrirá un duro recorte en su copias en 3D.


Tres Metros Sobre el Cielo (Warner) se va hasta los 4,1 millones en los seis días del puente (2,1 millones en el fin de semana) con 392 copias lo que supone un promedio de 10.560€ frente a los 8.400€ de Narnia. Gran sorpresa para el cine español y para la cartelera en su conjunto. Es la mejor entrada del año del cine hecho aquí y será (salvo descalabro impensable) la mejor cifra final, por delante de los 6,6 millones de Que se mueran los feos y los más de 7 a que llegará Los Ojos de Julia. Eso sí, nada que ver con las mejores cifras del cine español en 2009.


Megamind (Paramount) se queda con la tercera posición al recaudar 3,3 millones y atraer a 446.000 espectadores durante el puente. Un 54% de la taquilla y un 46% de la asistencia provienen de las 261 copias en 3D (un 46% de las 564 distribuidas). El formato digital se va hasta el 59% de la taquilla y el 52% de los espectadores si añadimos los resultados de las 27 copias digitales adicionales. Son cifras que mejoran los 2,2 millones obtenidos por Lluvia de Albóndigas en el puente de 2009 pero que a mi me dejan un tanto frío. Esperaba una entrada algo más potente, sobre todo teniendo en cuenta la taquilla norteamericana y que los 1,4 millones del fin de semana quedan por debajo de los 1,7 de la entrada de Cómo entrenar a tu dragón en vísperas de la pasada semana santa. Quizás el boca a boca la ayude a llegar más lejos de lo que esas primera cifras darían que pensar.


La primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte (Warner) es la única de las cinco primeras que no es novedad de la semana. Sus 2,4 millones durante el puente llevan su acumulado hasta los 11,9 millones de euros y 1,8 millones de espectadores. No repasaré ahora lo sucedido con las otras seis películas de la misma saga. Sólo comentar que tengo la sensación de que la franquicia, en algunos mercados no anglosajones u orientales (como es evidente en el caso del mercado español), está bastante agotada. No hay relación entre los resultados en unos países y otros que, por potencial global, suelen aportar más en títulos de gran comercialidad. Quizás la última (hasta el momento parece que será la última si bien la autora de las novelas parece plantearse continuar después de haber dado por finalizadas las aventuras del joven mago), el próximo verano, por eso de ser la definitiva y añadiendo el potencial del 3D (sí parece que para éste último capítulo Warner no defraudará a sus seguidores) rompa con esa tendencia en éstos mercados y sus cifras finales se parezcan más a las logradas por las primeras adaptaciones.


Por último Biutiful (Universal) entra en el club de los selectos con 1,5 millones de euros de taquilla y 226.000 espectadores en los seis días del puente (705.000€ en sus primeros tres días) con 206 copias.


Se acerca el final del año y suenan voces de desánimo. Hay que entender que el último trimestre de 2009 y los inicios de 2010 fueron extraordinariamente buenos por la confluencia de títulos con gran potencial comercial (Ágora, Luna Nueva, 2012, Celda 211, Planet 51, Spanish Movie) y un fenómeno aparte como fue Avatar. No hay que exagerar. Ni en lo bueno ni en lo malo. Será mejor esperar a ver las cifras finales del año para sacar todas las conclusiones pero, pase lo que pase, no creo que estemos ante el fin del negocio del cine, fin, por cierto, anunciado repetidas veces y que parece resistirse a llegar.


De cara al futuro inmediato conviene recapacitar un poco más sobre el proceso de concentración en la exhibición en España, cada vez más próximo al que rige en la distribución desde hace décadas. No estoy seguro de que sea lo más conveniente para el mercado pero mientras no se produzcan movimientos que sean un contrapeso a esas concentraciones la cuota de poder resultante de las mismas será cada vez mayor. Sólo hay que echar un vistazo a la distribución. Y sacar conclusiones. Y, quizás, actuar al respecto como no se ha hecho hasta ahora.

lunes, 25 de octubre de 2010

2010: EL DESPEGUE DEL 3D

Aún faltando tres meses para acabar el año podemos asegurar, revisando las cifras de los tres trimestres finalizados, que 2010 es el año de la consolidación e inicio del despegue del 3D en España.


Dejando de lado el resultado de Avatar por lo excepcional del mismo y por dividir sus cifras entre los dos ejercicios observamos que en 2009 los otros trece estrenos recaudaron unos 37,5 millones de euros. Los 15 títulos estrenados hasta finales de septiembre de 2010, siempre con Avatar a un lado, han generado más de 64 millones de euros en la taquilla. Y quedan diez títulos más en 3D a considerar hasta finales de año.


Es evidente que precisamente Avatar fue el gran reclamo para exhibidores y espectadores que marcó el punto de inflexión. Hizo crecer el número de salas equipadas con proyectores digitales capaces de exhibir en 3D y los consumidores percibieron que ese, por encima de otros, era el título para ser visto, a poder ser, en la nueva tecnología. Los resultados lo confirman: la película más taquillera de la historia en España con más de 76 millones de euros recaudados entre el estreno y la reposición, de los cuales unos 54 millones (un 71%) deben provenir de las copias en 3D. Son datos aproximados pues no está disponible el detalle del resultado entre copias analógicas y digitales 3D en el periodo de estreno.


En resumen, en nueve meses de 2010, el 3D en su conjunto (estrenadas y exhibidas) habría generado entorno al 23% de la taquilla y el 18% de los espectadores. No está nada mal.


Cada entrada en 3D cuesta, de promedio, cerca de un 35% más que una entrada para copia analógica. A pesar de ello, se tiene que considerar un éxito el resultado global obtenido por los estrenos que han dispuesto de versión en 3D. Hay títulos en que la diferencia entre copias analógicas y en 3D es más pronunciada: más del 63% de los espectadores de Alicia en el país de las maravillas se decantaron por las copias en 3D mientras en casos como Shrek: felices para siempre y Toy Story 3 esa cifra se quedó por debajo del 50%.


A finales de 2009 eran unas 250 las pantallas equipadas con proyectores preparados para exhibir en 3D, aproximadamente un 6.2% sobre el total de pantallas activas en España en aquel momento (unas 4.000). En éstos momento, son unas 550 las salas que pueden exhibir en 3D de un total cercano a las 3.900. Es decir, el parque de salas ha caído un 3% mientras el de pantallas en 3D ha crecido un 120%. La cuota que éstas representan sobre aquellas se sitúa entorno al 14%.


Observemos lo sucedido en el mercado norteamericano. En 2009 había unas 3.800 pantallas digitalizadas sobre un total de 39.000 (un 10%). Las previsiones para diciembre de 2010 apuntan a 8.000 salas preparadas para exhibir en 3D sobre un total de 43.700 (un 17%). Es decir, la expansión de la digitalización (el número de salas capaces de exhibir en el nuevo sistema habrá crecido un 110% en un año) ha supuesto un crecimiento del total de pantallas del mercado (habrá un 12% más).


Así las cosas, ya se prevé que en diciembre puedan coexistir dos estrenos masivos con 2.000 copias en 3D cada uno (se habla de El oso Yogi y la nueva versión de Tron). E incluso se dice que quizás haya llegado el momento en que ciertos títulos puedan estrenar con 3.000 copias digitales.


En España, viendo el calendario de estrenos con copias en 3D previsto para finales de año, se puede imaginar que se llegará a las 650/700 salas capaces de exhibir en 3D en breve. En grandes estrenos con altas aspiraciones comerciales las copias en 3D pueden ser aproximadamente un 50% del total de copias puestas en el mercado. Por tanto, para un estreno de unas 500 copias habría 250 en 3D. Si tienen que coincidir un mínimo de dos títulos sin hacerse daño hacen falta 500 pantallas en 3D. Y si se quiere dar cabida a continuaciones aún vivas harán falta al menos otras 150 o 200. Por tanto ese parque de unas 650/700 salas aptas para exhibir en 3D parece el más recomendable a corto plazo visto el funcionamiento del mercado en éstos momentos y su calendario de estrenos. 700 salas sobre las 3.900 que están activas en España supone un 18% del total.


Esa cantidad de pantallas permitiría, a su vez, que un sólo título pudiese estrenar al 100% con copias digitales si así lo desease y no hubiese conflicto con otras películas en la fecha de estreno.


Aquí no coinciden El oso Yogi y Tron pero llegan cuatro títulos con copias en 3D en cuatro semanas consecutivas: Megamind (Paramount, 3 de diciembre), Las crónicas de Narnia 3 (Fox, 10 de diciembre), Tron (Disney, 17 de diciembre) y Los viajes de Gulliver (Fox, 24 de diciembre). Todo títulos grandes, de multinacionales. ¿Cómo se cuadra éste círculo? Veremos. Algunos títulos ya saltaron a 2011 (Rapunzel, de Disney, y El oso Yogi, de Warner, si no recuerdo mal). Soluciones como la que tuvieron que adoptar Furia de Titanes y Cómo entrenar a tu dragón (compartir salas y sesiones) parecen inviables si no se quiere aceptar que el total a recaudar sea muy inferior al potencial real de la película. Curiosidad a tope.


Por cierto, veo que Gru, mi villano favorito (Universal), se mantiene en primer lugar por tercera semana consecutiva con algo más de un millón de euros en el fin de semana. De esa cifra, aproximadamente el 50% proviene de las 300 copias en 3D (que son algo más del 50% del total de copias en exhibición). En el acumulado, el 3D supone el 60% (4,2 millones sobre 7 totales) si bien en las próximas semanas ésta proporción beneficiará a las copias analógicas pues la entrada de Ga'hoole, la leyenda de los guardianes (Warner) ha hecho que el peso del 3D en Gru se vea muy disminuido (cae un 48% mientras la recaudación de las copias analógicas bajan poco más del 10% respecto al fin de semana precedente).


Ga'hoole debuta con 323 copias y unos 800.000€. El 88% de las copias (285) son en 3D y han supuesto más del 90% de la taquilla total. Gru, en su primer fin de semana, tuvo un 57% de copias en 3D que generaron el 62% de la taquilla de apertura. Lo dicho. Unos títulos empiezan a apostar por estrenos casi exclusivos en 3D y otros todavía se apoyan en copias analógicas para complementar y completar el mapa. Interesante panorama.


Y la taquilla, en su conjunto, afrontando un final de año muy complicado si se compara con el último trimestre de 2009. Entonces se concentraron estrenos como Avatar, Luna Nueva, Ágora, 2012, Planet 51 o Celda 211. Suena a imposible igualar los registros (210 millones de taquilla y 33 millones de espectadores en esos tres meses), tanto para el cine español como para el norteamericano. Si los nueve primeros meses de 2010 se cerraban con saldo positivo respecto al mismo periodo de 2009 todo cambiará, desgraciadamente, al cierre del ejercicio. Eso sí, el 3D habrá ayudado, y mucho, a que la caída haya sido menos pronunciada.

viernes, 18 de junio de 2010

EL PODER DEL MARKETING

Aquellos profesionales con más años de experiencia y que hayan tenido relación con las empresas distribuidoras de nuestro país sabrán que un clásico era el enfrentamiento entre los departamentos de ventas y marketing (antes denominado departamento de publicidad). En mi opinión ese era un mal endémico, algo impropio en empresas que se debieron regir por criterios de gestión rigurosos y acordes a su momento histórico.

La acepción más extendida del concepto Marketing es aquella que lo identifica con el conjunto de acciones que tienen como objetivo el éxito en la comercialización de un producto (acciones que son consecuencia del pertinente estudio previo del mercado a que se dirige el producto en cuestión, la película en éste caso). De hecho, es muy común el punto de vista que reduce esas acciones a las campañas de publicidad que se llevan a cabo para dar a conocer un estreno.

Yo soy de los que defiende una acepción mucho más amplia del término, entendiendo el marketing como el laboratorio de ideas de la empresa; el origen de todas las decisiones que tienen que ver con la puesta en el mercado del producto. Desde la determinación del target o las herramientas de comunicación a emplear en las campañas de publicidad y relaciones públicas pasando por la elección de la fecha de estreno, el establecimiento del número de copias o el objetivo de facturación. Todo está relacionado y todo tiene un objetivo común. Por lo tanto, es absurdo que haya estrategias que no vayan de la mano.

En cualquier caso, parece evidente que las decisiones que se toman desde los departamentos de marketing pesan cada vez más en el conjunto de las empresas distribuidoras. El producto (la película) se tiene que dar a conocer y llamar la atención de los consumidores (los espectadores) en un muy breve espacio de tiempo. Y no suele haber segundas oportunidades. La dinámica que ha seguido el mercado en las dos últimas décadas, con la proliferación de multisalas que casi tienen garantizado el producto más comercial sea quien sea que lo distribuya, ha hecho que la actividad de los departamentos de ventas haya ido cambiando: ya no es tan necesario el poder de negociación (casi de seducción) de antaño, cuando los cines del centro de las grandes ciudades (de pantalla única y gran aforo) no sólo eran imprescindibles para la buena imagen de un estreno sino que sin ellos era impensable alcanzar las cifras de facturación estimadas.

Hoy en día las cosas son distintas. Nadie niega que la labor de los responsables de ubicar copias no sea fundamental pero es innegable que los grandes títulos (sobre todo los de las grandes compañías) lo tienen mucho más fácil para exhibirse en la mayoría de cines relevantes del país. Luego viene todo un trabajo de seguimiento (mantenimiento en las salas adecuadas, número de sesiones proyectadas, negociación de continuaciones y facturación, etc.) que es igualmente necesario para garantizar el éxito de la explotación. Pero el perfil de quienes se encargan de esas funciones parece haber cambiado.

De ahí que no pueda sorprender que casi todas las compañías multinacionales hayan promocionado al puesto de director general a profesionales con experiencia probada en el sector que provienen de los departamentos de marketing.

Una de las primeras grandes decisiones a tomar es la cantidad destinada a la partida de Copias y Publicidad, lo que en inglés se denomina P&A (Prints and Advertising). Se incluye ahí desde el coste de las copias (hoy en día se solapan copias analógicas, digitales, digitales en 3D, copias en gran formato analógicas y digitales e incluso analógicas en 3D) hasta el importe destinado la campaña de comunicación (prensa, relaciones públicas y publicidad), pasando por el coste de trailers, doblaje y subtitulado y los diversos gastos que cada uno de éstos capítulos lleva asociados. Ésta partida es determinante para el resultado del estreno de la película. Fundamentalmente para su primera semana pero sobre todo para su primer fin de semana.

Si la apertura en taquilla responde a lo esperado, todo lo hecho estará bien. Si se entra por debajo de las estimaciones o el segundo fin de semana la película cae por encima del 60%, empezarán los nervios y la búsqueda de responsabilidades. Éste es el punto de partida de un artículo firmado por Larry Gerbrandt publicado por The Hollywood Reporter en su edición on-line el pasado 10 de junio bajo el título Does movie marketing matter? (¿importa el marketing cinematográfico?).

La gran suerte del mercado norteamericano es que la grandes compañías no esconden sus cifras. Ni las referidas al coste de producción ni las de inversión en Copias y Publicidad (al menos se publican cifras que deberemos creernos mientras nadie diga lo contrario). Desgraciadamente en España esos datos no están al alcance de nadie de fuera de las empresas. De ahí que no podamos hacer el ejercicio que sería más didáctico. Nos conformaremos (que no es poco) con reproducir lo más destacado que Gerbrandt ha tenido a bien incluir en su artículo.

En 2009, el promedio invertido en Copias y Publicidad en grandes estrenos de las seis compañías distribuidoras de los estudios (las llamadas majors) para su apertura doméstica (mercado norteamericano) llegaba hasta los 37 millones de dólares por título. Es la cifra más alta desde que en 2003 ese promedio hubiese alcanzado los 39,5 millones.

Si sumamos el coste medio de producir uno de esos títulos (grandes estrenos) y le añadimos lo invertido en su lanzamiento en el mercado norteamericano veremos que la partida de Copias y Publicidad ha supuesto entre un 34% y un 37% de ese total en los últimos siete años.

Es curioso observar como los estudios “mezclan” el dato del coste de producción (que les permitirá comercializar la película en todo el mundo) y el inversión en Copias y Publicidad para el estreno doméstico (cuando el mercado norteamericano para los grandes estrenos no suele superar el 45% de la recaudación mundial de promedio). Su objetivo es recuperar el 100% de ese coste con el estreno doméstico. Si no lo logran, entra en juego el mercado internacional (en el cual también incurrirán en costes de Copias y Publicidad en cada uno de los territorios).

Según los datos de que dispone Gerbrandt (provenientes de un estudio realizado por Baseline Intelligence), la suma combinada (coste de producción e inversión en Copias y Publicidad para el estreno doméstico) llegó en 2009 a un promedio de 102,3 millones de dólares por título (grandes estrenos de las majors), superando de largo el promedio de 87,9 millones de 2008. Si 37 de esos millones en 2009 se destinaron a Copias y Publicidad como hemos visto antes, fueron 65 millones los destinados de promedio a costear la producción. Visto de otra manera, más de la mitad del dinero que cuesta producir un blockbuster se destinará a la promoción de estreno en Estados Unidos y Canadá.

Gerbrandt considera que las majors recuperan un 55% de la taquilla norteamericana en ese tipo de estrenos por lo que esa película-promedio debería recaudar en Estados Unidos y Canadá 186 millones de dólares si quisiese llegar a su break-even (punto cero) y cubrir todos los costes de producción y el coste de Copias y Publicidad doméstico. Quedarían entonces los ingresos netos que generase la comercialización de la película en el mercado internacional (donde como ya he dicho también habrá costes de P&A) más lo que generasen los derechos de DVD, televisión y nuevos canales.

El artículo se entretiene en analizar cómo se reparte la inversión en publicidad en los diferentes medios (el coste de la partida de copias no suele superar el 10%) y en estudiar diferentes tipos de inversión y su resultado según sean los estrenos en función del número de copias. Vale la pena echarle un vistazo a fondo.

Si intentamos hacer un ejercicio de traslación al mercado español lo primero que observamos es que las majors no tienen que considerar costes de producción para esos mismos títulos (excepto que su casa matriz les haga “responsables” del porcentaje de la producción equivalente al peso del mercado español a nivel mundial).

¿Cómo calcular, entonces, qué cantidad destinar a Copias y Publicidad para promocionar unos de esos títulos en España? Ya hemos dicho que no hay cifras públicas por lo que habrá que hacer un ejercicio de imaginación. Lo primero sería distinguir entre las majors y las distribuidoras independientes. Las segundas, a diferencia de las primeras, tendrán que hacer frente a un Mínimo Garantizado (el importe que deben asumir por los derechos de comercialización de un título en España) además de hacerse cargo del coste de la partida de P&A.

Las majors tendrán más margen de maniobra al no verse tan presionadas por el Mínimo Garantizado. Aún así deberán utilizar algún referente para determinar el importe inicialmente destinado a Copias y Publicidad. Yo apostaría por la estimación de recaudación final. A partir de ese dato fijaría el máximo a invertir en P&A.

Más aún. En el caso de las distribuidoras independientes, partiría de esa estimación de taquilla final para determinar la inversión en P&A y para marcar el límite razonable del coste del Mínimo Garantizado. El mercado ha cambiado mucho en pocos años. El peso de los ingresos procedentes de la comercialización del DVD y la televisión ha caído en picado. El modelo de negocio tiene necesariamente que ser otro. Donde antes los ingresos procedentes del cine podían ser un 40% hoy deberán ser no menos del 60% y en algunos casos una cifra cercana al 100%. Es decir, lo que se recupere de las taquillas de las salas debería permitir costear el 100% del gasto en P&A y entre el 60% y el 80% del Mínimo Garantizado (dejando el resto a cubrir para los ingresos procedentes del resto de canales de distribución). Así las cosas, es evidente que habrá títulos para los que no saldrán los números. Quizás esa deba ser la primera lección a aprender: a según qué precio, mejor no comprar (aunque eso sea algo que años atrás hubiese parecido renunciar a grandes negocios).

Según sea la taquilla final estimada la inversión en P&A podría oscilar entre el 30 y el 35% de esa cifra, siempre teniendo en cuanta las otras dos variables que entran en juego: el porcentaje medio a recuperar de la exhibición en cines (Film Rental) y el porcentaje del Mínimo Garantizado (MG) que asume la explotación en salas. Genéricamente podríamos decir que a una estimación elevada corresponderá un Film Rental más alto, un porcentaje del MG a cubrir más bajo y un porcentaje destinado a P&A más modesto (en porcentaje, pero mayor en cifra absoluta).

Alguien podría preguntarse por qué no se usa el importe del Mínimo Garantizado como referencia para determinar el coste de P&A. Yo me respondo diciendo que en muchas ocasiones hay mínimos garantizados que no son acordes con el potencial comercial real: bien porque se adquieren a precios muy inferiores (buen momento de compra, buenos contactos con vendedores, adquisición sólo con comisión de distribución...) o porque se paga un sobreprecio a conciencia (razones diversas pueden llevar a ésta situación). En cualquiera de ambas situaciones la estimación de recaudación parece el elemento más objetivo al que acogerse (además de ser determinante para rentabilizar las inversiones a efectuar, incluido el coste del mínimo garantizado si lo hay).

Para ir acabando, vemos la importancia del P&A a la hora de comercializar un título. Y más hoy en día. El gran error es reducir costes en esa partida. Cuando se adquieren unos derechos, la inversión en P&A debe ser la adecuada para garantizar el objetivo de facturación. De esa partida (y de que esté bien calculada y aplicada) puede depender el éxito o el fracaso del estreno. Y de éste que se cubra o no la inversión general efectuada. Y el grueso de esa partida pertenece al universo marketing. O sea, que el titular de éste artículo no es gratuito. (ni, por supuesto, malintencionado).

Todo lo dicho vale para distribuidores grandes, medianos y pequeños. Pero también para productoras con proyectos a punto de iniciar su andadura: que piensen desde el minuto cero qué nicho de mercado quieren conquistar, cuántos espectadores potenciales supone eso, qué taquilla representan sus entradas. Y que tengan muy claro que para llegar a ese objetivo tienen que dar a conocer su película en un mercado muy concurrido. Y eso supone invertir en un buen Plan de Marketing que entre otras cosas determinará la inversión en Copias y Publicidad. Como recuerda Gerbrandt en su artículo, “Nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión”. Y con las películas, es una impresión que dura toda una vida.

miércoles, 21 de abril de 2010

LA NUEVA DISTRIBUCIÓN (y 2)

Ante éste panorama (el volumen de negocio en riesgo para los estudios es enorme) los exhibidores aparecen como una víctima colateral casi inevitable. De ahí que sea imprescindible pensar en cómo recompensarles si las medidas a aplicar afectan también a su modelo de negocio.

Parece a todas luces necesario que los gobiernos adopten medidas para regular la actividad en la red y para reducir los efectos perniciosos de las descargas ilegales. Francia, España, la Unión Europea, entre otros, están por esa labor con la permanente y contundente oposición de asociaciones de internautas y bloggers. Todas las posturas son respetables y a todas hay que escuchar para aprender y extraer conclusiones positivas. Pero a mi me cuesta muchísimo entender que haya que aceptar las descargas ilegales como parte del juego. Portales de descarga legal a precios asequibles, estrenos exclusivos y/o simultáneos en la red por decisión de productores y distribuidores (previo acuerdo con exhibidores si es el caso), de acuerdo. Pero medidas claras y urgentes en contra de quienes se aprovechan de internet para usos ilícitos, también.

La crisis en la industria del disco supuso el fin de las tiendas en las calles, el descenso brutal de las ventas de discos, la preponderancia de los conciertos en vivo y la aparición de portales para compras legales a través de la red. Todo ello ha supuesto una drástica reducción de la facturación del sector y una notabilísima reducción de las estructuras de las empresas discográficas.

De todo ésto han tenido que aprender los estudios cinematográficos. Empezando por pensar si el elevado (a veces casi prohibitivo) precio de los discos fue el origen de todo lo que vino después. Ciertos paralelismos ya se han producido: las tiendas (en su caso de discos, en el nuestro los videoclubs) se han hundido y con ellas las ventas del soporte físico (en su caso los CD's, en el nuestro los DVD's). Los recortes en las estructuras también han llegado: primero reduciendo a la mínima expresión las divisiones de vídeo y actualmente integrándolas en muchos casos a las de cine. El objetivo sería salvar éstas de la quema.

Volviendo a las soluciones que apunta Goldstein (estrenos en muchos casos simultáneos en cine y VOD con tarifas elevadas para los consumidores domésticos) son un aviso para navegantes que convendría valorar en su justa medida. No es un broma. Es un globo sonda que da una idea de por dónde pueden ir los intereses de los estudios (o de algunos de ellos).

Los grandes distribuidores han marcado siempre el ritmo de por dónde debía moverse el mercado. Cuando quisieron recuperar con rapidez sus grandes inversiones en lanzamiento decidieron que el público debía tener la película a su alcance desde el primer día de estreno. Así se acabó con la exclusividad de los propietarios de grandes salas en las grandes ciudades y se pasó a estrenar en multitud de poblaciones a la vez. Resultado, mucha mayor facturación para las distribuidoras (más espectadores, a mayor porcentaje por concentrarse en las primeras semanas y recogida mucho más rápida). La consecuencia lógica fue la invasión de las multisalas. Todos (los cines) querían tenerlas todas (las películas) el mismo día. Sólo eso garantizaba no perder clientes. Daba igual el precio. Las distribuidoras, encantadas.

Luego vino el momento en que muchos de esos cines perdieron fuerza (excesiva y descontrolada proliferación muchas veces mal calculada) y se produjeron uniones, absorciones, compras (y algún que otro cierre) que dieron como resultado circuitos que eran casi imprescindibles para garantizar el éxito de un estreno comercial. Ahí se ha producido un punto de inflexión y ciertos exhibidores han podido empezar a pedir (exigir) un mejor trato en el precio por parte de las distribuidoras (no se veía algo así desde aquellos años en que no había estrenos simultáneos y los cines de las grandes ciudades podían negociar las condiciones de contratación desde una posición de más fuerza).

Ahí estamos en éstos momentos. Con las grandes distribuidoras aceptando rebajar sus ingresos. Será porque entienden que la cuerda se había tensado demasiado, será porque necesitan la complicidad con los exhibidores (especialmente con los grandes circuitos, aquellos donde se concentra la mayor parte del negocio) ante los elevados costes de la digitalización que tanto parece interesarles (de no ser así, a santo de qué habrían pertreñado eso de las terceras partes y los acuerdos de Copia Virtual o VPF) o será porque les necesitan tranquilos ante un nuevo escenario en la distribución de contenidos el cual podría haberse empezado a dibujar con ALICIA.

Lo cierto es que en un mercado como el de España las condiciones para abordar soluciones conjuntas parecen ser hoy mucho más apropiadas que apenas una década atrás. La época en que las relaciones entre distribuidores y exhibidores venían marcadas por reproches y enfrentamientos constantes parece cada vez más lejana. La llegada de profesionales con mayor amplitud de miras y espíritu dialogante a ambos lados de la mesa debe permitir aunar esfuerzos para mejorar resultados y salvar el mercado. Al menos el cinematográfico o lo que quede de él.

No es bueno ponerse a hacer de adivino. Pero a pesar de las negras predicciones que con frecuencia se ciernen sobre el sector, yo creo que quedan años por delante antes de certificar la defunción de las salas y los estrenos. Es más que probable que tengamos que asistir a una reducción significativa del número de salas. Hoy por hoy son casi 4.000 las que tiene actividad en España. Quizás tuvieran que desaparecer un millar de las mismas, la mayoría de las cuales no deberían ser necesariamente las de pantalla única en zonas rurales (aquellas que precisarán de una u otra forma la ayuda pública para acometer la digitalización) sino parte de las nacidas como consecuencia del crecimiento irracional y descontrolado de finales de los noventa. Una reducción de salas que debería ir acompañada, inexcusablemente, de un significativo descenso en el número de títulos estrenado cada año.

Hemos visto cómo en los últimos 15 años se ha llegado en España a un techo de 147 millones de espectadores (año 2001) y a un suelo de 108 (año 2008). Es posible que haya que pensar en un mercado de 100 millones de entradas. Como veremos, un pastel, aún así, nada despreciable.

El precio medio en la actualidad estaría alrededor de 6€ para salas de exhibición tradicional y se situaría en algo más de 8€ para salas equipadas con 3D. Imaginemos un escenario próximo en que el 70% de los espectadores (70 millones de entradas) consumiesen películas en 2D (en un mercado ya digitalizado) a un precio medio de 7€ y el 30% restante (30 millones de espectadores de 3D) lo hiciese a un precio medio de 10€. El resultado sería una taquilla global de 790 millones de euros (el 38% de los cuales provendría del 3D), lo que supondría un crecimiento del 17% respecto a la taquilla total actual. Estas cifras, con un parque de 3.000 salas, implicarían un promedio de unos 260.000€ y 30.000 espectadores por pantalla frente a los 170.000€ y 27.500 espectadores de la actualidad. Cualquier escenario con más peso del resultado final del 3D o con precios medios más elevados incrementaría los promedios presentados. Estaríamos, en cualquier caso, ante un mercado con una dimensión y unos números mucho más racionales.

Encaramos, por tanto, un futuro incierto. Distribuidores y exhibidores tendrán que hablar y negociar más que nunca. Con intereses diversos pero con algún objetivo común absolutamente trascendental. Tendrán, unos y otros, que acometer cambios en sus estructuras. Las distribuidoras de los grandes estudios apostarán por menos personal en las estructuras en los territorios, fusionando divisiones (cine y DVD fundamentalmente) y dando más peso a los equipos de marketing frente a los de ventas (aunque a muchos les cueste aceptarlo ésta es la realidad del momento). Quizás veamos también personal más gestor y menos ejecutivo en los puestos de máxima responsabilidad en los territorios, con menos capacidad de decisión local frente a las directrices de las oficinas regionales.

Veremos nuevas operaciones de venta en la exhibición. Grandes circuitos cambiando de propietarios, en su conjunto o por partes, pasando a ser gestionados por grupos con intereses empresariales que vayan más allá de la específica exhibición cinematográfica. La proyección de contenidos alternativos (aprovechando las grandes ventajas de la digitalización y el 3D) puede pasar a ser prioritaria en algunos casos. Y podemos ver grandes acuerdos de exclusividad entre los estudios y determinadas cadenas de exhibición para ciertos estrenos a cambio de una mayor participación de los circuitos en los beneficios que la película pueda generar en canales diferentes al theatrical como el VOD o el merchandising.

Habrá quien considere éste proceso un peligro, el dramático fin de muchas cosas tal y como las hemos entendido en las últimas décadas. Algunas cartas están ya boca arriba. Toca jugar. Y para eso toca pensar, toca arriesgar y tocará decidir. Yo lo veo como un reto en el que aquellos que participen deberán agudizar el ingenio y su capacidad de raciocinio. ¿No os parece sencillamente apasionante?

jueves, 15 de abril de 2010

LA NUEVA DISTRIBUCIÓN (1)

Acababa mi último artículo refiriéndome a la nueva forma de distribuir que se avecina. Y centraba la atención en la digitalización y la reducción de las ventanas tradicionales de distribución como causas fundamentales de los cambios que nos esperan.

Creo imprescindible profundizar en éste tema. No está nada claro cuál será el escenario final. Hay muchos y muy variados intereses en juego. Y la fuerza de quienes los defiendan puede ser determinante para valorar el resultado a que se llegue. Sí parece seguro que veremos cambios muy sustanciales. Y no muy tarde.

El primer gran debate es el de la digitalización. Ya hemos visto cuáles son las claves del proceso pero conviene centrarse en un punto del mismo: hoy por hoy es el 3D el que está tirando de la instalación de equipos digitales. Las taquillas presentan mejores resultados que los años precedentes fundamentalmente gracias a los ingresos de los estrenos en 3D (cuyas entradas son sustancialmente más caras). No se suman más espectadores pero se frena la pérdida de los últimos años. Sería (bajo mi punto de vista) una más que buena noticia si bien surge una pregunta que podría condicionar todo el debate: ¿pasará de moda?

Esos buenos resultados han generado multitud de encargos por parte de exhibidores de todo el mundo y ahí surge uno de los primeros problemas: las empresas que deben suministrar máquinas al mercado no dan abasto (o dicen no dar). Consecuencia: nervios y esperas en muchos exhibidores. Y los nervios vienen porque cuanto más tarde se instale la máquina más tiempo se tardará en amortizar su coste de adquisición. Y nadie sabe cuanto tiempo durará ésta fiebre por el 3D. Saltamos así al segundo problema.

Leía hace unas semanas un artículo en la prensa norteamericana en que el articulista se echaba las manos a la cabeza por el hecho de que, de promedio, el coste adicional por una entrada en 3D fuese del 26% en Estados Unidos. Invitaba a sus lectores on line a participar y no hace falta decir que prácticamente todos ellos se quejaban de ese sobreprecio (entre otras cosas, pues ya sabemos que la queja es práctica habitual de casi todos nosotros para casi todos los temas cuando nos dan oportunidad de opinar). La conclusión era que de cara a futuras experiencias, los espectadores se pensarán dos veces la película por la que deben pagar tal diferencia.

No sé cómo habría reaccionado el periodista si supiese que en España no suele bajarse del 40% en el precio adicional para una entrada en 3D. Si la experiencia no es extraordinaria el espectador empezará a ser selectivo. Quizás no todos ellos y quizás no todos a la vez. Pero puede ser el inicio del fin del “efecto novedad”. ¿Supondrá eso el fin del cine en 3D? No parece probable. Pero sí puede limitar a ese tipo de exhibición a cierto tipo de títulos. Si ese “cansancio” llega, ¿será antes de que los equipos estén amortizados? (Miedos así pueden llevar a algunos exhibidores a apostar por sistemas de proyección en 3D compatibles con sus proyectores tradicionales de 35 mm. Sería una solución temporal pero no creo que suficiente a largo plazo).

Quizás ésta reflexión debería llevar a los exhibidores a pensar en el digital como algo más que aquello que les permitirá tener copia en 3D de la nueva entrega de HARRY POTTER (que también) y verlo como algo necesario de cara al día que los estudios decidan estrenar todo su producto en soporte digital (no necesariamente en 3D), que llegará (por la suma de dinero que se ahorrarán respecto al sistema actual de distribución para estrenos en cines), y como algo que les permitirá una programación más flexible que combine proyección de películas y contenidos alternativos. La vida seguirá. Con 3D y sin 3D. Pero casi todo en digital. Guste o no. Y ahí tienen que entrar las administraciones, para garantizar que no se queden fuera de éste nuevo panorama cines que no pertenezcan a grandes circuitos y no puedan costearse la adquisición del proyector digital ni por sus propios medios ni accediendo a acuerdos de VPF.

Precisamente la digitalización y el 3D han servido de argumento y excusa para poner en funcionamiento nuevas prácticas que pueden acabar cambiando el panorama de la distribución como hoy lo conocemos.

La insistencia en extender la digitalización y, con ella, también el 3D, venía justificada, entre otras, por dos razones de peso: el ahorro en producción, transporte, almacenaje y destrucción de copias y por la mayor seguridad frente a la copia ilegal, a la piratería. Éste último punto, a su vez, ha sido una de las razones en que se ha apoyado Disney para proponer la reducción de un mes en la ventana de distribución que separa al estreno en cines del estreno en DVD de la versión dirigida por Tim Burton de ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS. Llegamos así al otro gran tema de debate.

Yendo a los orígenes de la historia, nada más llegar al más alto cargo ejecutivo de The Walt Disney Company, Bob Iger hizo unas declaraciones (que causaron un primer terremoto en la industria cinematográfica) en que apostaba por un futuro (próximo) en que las ventanas entre los distintos canales de distribución fuesen cada vez más cortas. Tuvo que matizar y, en cierto modo, dar marcha atrás pero ya había abierto el juego.

En los últimos meses hemos visto cómo han ido dejando la compañía muchos nombres importantes en su historia reciente. Se dice que la razón principal es que los nuevos gestores provienen del mundo televisivo y eso implica otra mentalidad y otra forma de entender los negocios. ¿Es esa razón suficiente para que haya habido tal desbandada? Me cuesta creer que profesionales como Mark Zoradi (por poner sólo un ejemplo), uno de los máximos responsable de la expansión internacional de Buena Vista, no tenga la capacidad de asimilar los nuevos retos y las nuevas estrategias comerciales de la compañía. Estamos hablado de gente muy preparada, bregada en muchas batallas y con una mentalidad muy abierta. Sea por lo que sea, están fuera. Y parece que dejando réplicas en los territorios. Lástima.

La cuestión es que esa nueva mentalidad, según un artículo de Patrick Goldstein en Los Angeles Times publicado el pasado 22 de marzo, parece querer entender las películas como eventos mediáticos y no sólo como productos para las salas. (Yo, sinceramente, creo que eso es algo que viene siendo así desde hace mucho tiempo y no sólo en Disney. Sólo hay que echar un vistazo al line-up de las distribuidoras multinacionales para darse cuenta). Eso justificaría todos los experimentos para reducir las ventanas.

Lo que es evidente es que un estreno en DVD (o en cualquiera de sus variantes, como puede ser el Video On Demand) o en televisión (en cualquiera de sus modalidades) más cercano al estreno en salas permitiría a las distribuidoras rentabilizar mejor y más rápido las altas sumas invertidas en las campañas de lanzamiento. La consecuencia, ingresos más rápidos y menos opciones a las descargas ilegales. El argumento parece consistente. “Manda el dinero”, decía Goldstein que era el lema de los estudios ante los nuevos tiempos. Y defendía que la primera prueba de que van por el buen camino sería justamente el estreno de ALICIA en Estados Unidos.

Todo el mundo ligado de una u otra forma al sector cinematográfico ha sabido que Disney iba a estrenar la película con esa condición novedosa (un mes menos de tiempo entre la llegada a las salas y la salida en DVD). Tal ha sido el ruido mediático que incluso los consumidores (de cine y de DVD) se habían enterado de tal realidad.

Amenaza de por medio de los exhibidores británicos, acuerdo entre las partes y estreno. Resultado, récords de taquilla por todas partes. No parece, por tanto, que haya habido demasiadas deserciones de los cines para esperar al DVD. Visto así el asunto, “caso cerrado” que Goldstein decía haber oído de un jefe de estudio a la vista de las cifras de apertura de ALICIA.

Pero en medio de todo ésto siguen estando los circuitos de exhibición. Mientras el cine siga siendo no sólo el escaparate sino el punto de venta donde más inversiones ha habido que hacer (y no digamos ahora con la digitalización, aunque ayuden los estudios) algo tendrán que decir. De momento han levantado la voz para oponerse a la reducción de ventanas y han conseguido mejores condiciones de contratación para ALICIA (y, en cierto modo, la han “castigado” en Esyados Unidos sacándola de multitud de salas en 3D ante el estreno de CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN, de su máxima competidora Dreamworks, a pesar de las excelentes recaudaciones que estaba promediando en la mayoría de ellas tras tres semanas en cartel). Goldstein apuntaba más posibilidades. Tanto para avanzar en la reducción de ventanas como en la compensación a los exhibidores.

Vale la pena, no obstante, detenerse en uno de los argumentos de quienes defienden esa reducción de plazos: la inmensa mayoría de los títulos concentran el 80% de su taquilla final en las tres primeras semanas de exhibición. Así las cosas, ¿por qué respetar las 16 semanas entre cine y DVD? Haciendo lectura entre líneas, ¿por qué incluso aguantar las 12 de la discordia actual? Quienes así opinan (Goldstein a la cabeza) prevén la oposición de los exhibidores a más recortes o, cómo no, a la simultaneidad de estrenos en diferentes ventanas. Para eso también tiene soluciones.

Lo de ALICIA no dejaría de ser una prueba, algo casi inocente comparado con el escenario a que se podría (o debería, según quien esté detrás de la propuesta) avanzar: hay muchos títulos que no precisarían de las salas para ser disfrutados en su totalidad, aquellos que no destacan por sus efectos especiales o espectacularidad de filmación. Esos títulos se podrían consumir en la pantalla de casa y simultáneamente con el estreno en cines. ¿Que los exhibidores se opondrán? Se les hace partícipe, en lo económico, de tal nuevo panorama. ¿Cómo? Con mejores condiciones de contratación y/o recibiendo una parte del dinero que le costase al espectador doméstico ver la película de turno simultáneamente si se comprueba que ello supone un descenso en la asistencia a las salas.

Goldstein incluso propone precio: tarifa de 22,95$ por cada Video On Demand en estrenos simultáneos. Y de ahí a repartir con los exhibidores si es preciso. Tengo la sensación de que Goldstein no sólo habla por sí mismo sino que está haciendo de portavoz de los intereses de ciertas grandes corporaciones. O sea, que por ahí podrían ir los tiros en el futuro.

De ser así, es fácil deducir que el número de títulos a estrenar exclusivamente en salas disminuiría notablemente por lo que sobrarían muchas pantallas. Para llegar a eso, ¿hace falta correr a gastar millones en digitalizar? Como me decía días atrás un prestigioso profesional de nuestro país aún volveremos a ver los grandes cines de pantalla única del centro de las ciudades con grandes colas para ver tal o cual título digital 3D. Sería el cierre del círculo: las multisalas acabaron con los grandes cines y éstos pueden acabar siendo el refugio final ante la escasez de producto para llenar tantas salas. Tendría su gracia, ¿verdad? No hay que descartar nada pero ese escenario parece, hoy por hoy, un tanto exagerado.

Amortizar las inversiones en lanzamiento y reducir el riesgo futuro de la piratería podrían no ser el único motivo para proponer ese recorte en los plazos de las ventanas de distribución. Podría ser, a su vez, la reacción ante los efectos devastadores que la práctica de las descargas ilegales está teniendo ya para el negocio de los estudios. En Corea del Sur ya no existe red de distribución de DVD de las multinacionales como consecuencia del hundimiento del mercado a causa de la piratería. El siguiente país donde podrían tomarse medidas similares no es otro que España. Ante tales amenazas no sería de extrañar que los estudios hayan querido buscar alternativas que, a su vez, ejerzan como señal de alarma para las administraciones que tienen capacidad normativa al respecto.

No olvidemos que hasta hace muy poco tiempo los ingresos generados por el DVD suponían más del 50% del total generado por las películas. Perder todo o casi todo ese negocio pondría en cuestión el modelo con que los estudios recuperan sus inversiones en producción cinematográfica. Los efectos de las descargas ilegales en la industria discográfica están muy vivos. De ahí las soluciones encontradas (los portales de descarga legal que en países como Estados Unidos funcionan a satisfacción pero que en otros como España siguen inexplicablemente sin despegar) y las propuestas (el recorte de las ventanas y los estrenos simultáneos con coste para el cliente doméstico).

La gran duda es si todas éstas medidas llegan a tiempo o si la vía de agua es ya demasiado profunda. Quizás parte del daño sea ya incurable pero quede la oportunidad de salvar ciertos muebles (el VOD, los portales legales...).

Continuará...

lunes, 22 de marzo de 2010

'AVATAR', EL 3D Y LA DIGITALIZACIÓN

Justo en vísperas de que AVATAR tenga que abandonar las salas donde se exhibe en 3D tras quince semanas desde su estreno parece el momento más apropiado para reflexionar sobre el efecto del 3D en la taquilla y el futuro de la digitalización.

Me permito empezar con un halago a las cifras acumuladas de AVATAR, que tengo la sensación de que han estado algo ninguneadas a pesar de su dimensión histórica. En su conjunto lleva recaudados, aproximadamente, 2.668 millones de dólares en todo el mundo. Son más de 800 millones por encima de su inmediata seguidora, TITANIC. Si ajustásemos la recaudación de ésta última a la inflación desde la fecha de su estreno se situaría en casi 3.000 millones. Sea como sea, por tanto, estamos ante un fenómeno comercial de primerísimo nivel. No vale con decir que eso ya se esperaba. Muchos títulos con enormes perspectivas no han llegado tan alto ni de lejos. Y otros que sí han sido exitazos en su mercado doméstico no lo han sido en todo el mundo. Y AVATAR sí es uno de esos fenómenos globales.

De ese total mundial, algo más de un 27% corresponde al mercado norteamericano (unos 737 millones de dólares) mientras el 73% restante proviene de los demás territorios internacionales. Es una proporción excepcionalmente alta para el resto del mundo lo que confirma esa dimensión global del éxito de AVATAR. Tampoco España deja de sorprender con sus resultados: cerca de 98,5 millones de dólares (más de 72,9 millones de euros), récord absoluto de recaudación se mire como se mire, que suponen un 3,7% de la taquilla mundial, un 5,1% del mercado internacional y un excelente 13,3% del mercado norteamericano. Sin un gran trabajo de lanzamiento publicitario a nivel mundial y local, preparado minuciosamente por Fox en todo el mundo desde muchos meses antes del estreno (y más que criticado por algunos que auguraban un batacazo comercial sin precedentes), y sin una buena tarea de colocación de copias, éstas cifras no hubiesen sido posibles. A descubrirse, por tanto, ante unos números espectaculares que han ayudado a la taquilla en su conjunto a presentar resultados históricos con lo que de efecto contagio eso conlleva (sí, éste tipo de eventos hacen buenas a algunas de sus competidoras) y han hecho volver a las salas a un buen número de espectadores que habían abandonado ese sano hábito desde tiempo atrás.

Pero el análisis no sería completo ni ajustado si no observamos que esas cifras de recaudación vienen muy condicionadas por la exhibición de una parte de las copias en sistema digital 3D, las cuales conllevan un sobreprecio considerable en el coste de la entrada lo que implica que, en número de espectadores, el éxito, sin dejar de ser abrumador, tendría otras lecturas.

En éstos momentos existen unas 110.000 pantallas modernas de cine en todo el mundo. De ellas, aproximadamente 16.500 (un 15%) están digitalizadas y de éstas, unas 9.000 (cerca del 55% del total de digitales y un 8% del total de pantallas) están preparadas para exhibir cine en 3D.

En Estados Unidos, aproximadamente un 10% del total de sus 39.000 pantallas están preparadas para exhibir cine en 3D (unas 3.800) mientras en España son unas 250 salas las que pueden exhibir en sistema tridimensional digital, algo más del 6% de las 4.000 pantallas activas.

Estas cifras sólo valen para la fotografía de éste instante pues el panorama cambia día a día, incrementándose el número total de salas digitalizadas constantemente. Y más rápido que se incrementarán en el futuro más próximo como iremos viendo.

De AVATAR sabemos que, en España (sirva nuestro mercado como ejemplo), aproximadamente un 25% de las copias estrenadas (que supusieron el 30% de las pantallas gracias a las ventajas de la nueva tecnología que permite usar un mismo soporte para más de una descarga) han generado un 55% del total de espectadores y entorno al 65% de la recaudación total. También sabemos que el precio medio de las entradas en 3D digital ha sido un 40% superior al de las entradas para exhibiciones analógicas en 35 mm.

Otro ejemplo muy cercano: de los 300 millones de dólares de que lleva recaudados ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS en el mercado internacional (sin la parte del norteamericano) un 72% proviene de las copias en 3D.

La película de James Cameron ha sido la culminación de un proceso que aspiraba a que éste título sólo se estrenase en salas con proyectores digitales equipados con 3D. El lento ritmo de digitalización ha obligado a modificar los plazos pero no a cambiar los planes en su conjunto. Volviendo de nuevo a España, apenas dos años antes del estreno de AVATAR, BEOWULF se estrenaba con 7 copias en 3D sobre un total de 450; un año después, BOLT llegaba con 30 copias en 3D sobre 442 y el verano pasado, UP, colocaba 141 copias en 3D de las 602 en que se estrenó en todo el país. Era evidente que, a medida que se acercaba la fecha de AVATAR, más y más cines quisieron estar preparados para ofrecer a sus clientes la película en su formato más espectacular.

Se constata, por tanto, que el 3D es el que ha estado tirando de la digitalización, a la vista de la buena acogida que el el sistema está teniendo entre los espectadores y la aceptación generalizada del sobreprecio en el coste de las entradas.

Ante ésta realidad los estudios están aprovechando para llenar el calendario de estrenos en formato digital 3D. Y aquí es donde empiezan los problemas.

El elevado coste de equipar una cabina de proyección con un aparato adecuado (entorno a 120.000€ por unidad hasta el momento aunque ya hay ofertas en el mercado por debajo de los 80.000€) ha impedido que los exhibidores pudiesen instalar más de una máquina por complejo. Sólo los más potentes han conseguido que en sus cines más grandes haya dos o tres salas con la nueva tecnología. Hasta el momento, casi todas las instalaciones en España (por no decir la totalidad) han sido sufragadas por los propios empresarios de la exhibición (lo que en momentos de crisis financiera y restricción del crédito tiene su mérito), que no se han acogido a los modelos de financiación apadrinados por los estudios, los ya famosos Virtual Print Fee (VPF), en virtud de los cuales una empresas intermediarias (las integradoras o terceras partes) ofrecen al exhibidor la posibilidad de financiar los proyectores digitales a un coste muy inferior al de adquisición directa. Esta ventajosa oferta no es fruto de la benevolencia gratuita de los distribuidores sino que viene motivada por ser ellos los más beneficiados económicamente en la extensión de la digitalización por los grandes ahorros en costes de tiraje de copias, transporte, almacenaje y destrucción de las mismas que ello va a suponer.

Ante ese panorama era impensable hacer coincidir simultáneamente en cartelera más de un título con máximas aspiraciones comerciales. El número y la ubicación de las salas equipadas con digital 3D lo impedía: si estaba AVATAR ocupando las salas (y generando una recaudación más que importante en casi todas ellas) no cabía otro estreno en 3D que quisiese tener presencia masiva. Pero el calendario tiene sus limitaciones y las ambiciones (legítimas) de cada distribuidora parecen no querer darse cuenta. Si se quiere volver, en cierto modo, al viejo sistema en que el exhibidor tenía que decidirse por un título u otro si éstos coincidían en la fecha de estreno, allá cada cual. Pero no parece razonable forzar así las cosas vista la realidad del mercado, que lo es (complejos multisala que ofrecen casi todo el producto de estreno disponible a un precio más que aceptable para sus proveedores), porque todos lo han querido, especialmente los grandes distribuidores a quienes salía muy a cuenta ésta modalidad de funcionamiento.

Por tanto, cuesta entender que el viernes próximo se estrene CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN (Paramount) con el máximo de copias en 3D que el mercado pueda aceptar y que cinco días después (¡¡cinco, ni una semana de margen!!) llegue con las mismas pretensiones FURIA DE TITANES (Warner) título que, por cierto, no fue rodado ni inicialmente pensado para estrenar en 3D pero que parece haberse sumado a la fiebre del momento sin mayores problemas. Todos aquellos cines que no dispongan de más de una sala en 3D (la abrumadora mayoría hoy por hoy), ¿qué deben hacer? ¿Elegir una y renunciar a la otra (privando a sus espectadores de esa posibilidad)?; ¿combinar sesiones de uno y otro título (solución que seguro no aceptan de buen grado ni uno ni otro distribuidor)? Y eso sin mencionar aquellos que tendrán que dar por finalizada la explotación de AVATAR cuando seguramente les seguiría encajando en su programación durante unas cuantas semana más.

Si eso es lo que nos espera a una semana vista, ¿qué pasará en julio cuando SHREK: FELICES PARA SIEMPRE (Paramount, estreno día 9) sólo tenga tres semanas para explotar el 3D antes de la llegada de TOY STORY 3 (Walt Disney, estreno día 30)? Ya no hablamos de una guerra entre una de animación y otra de acción real que es una “conversa” al 3D sino de dos pesos pesados: las apuestas más importantes del año de las dos compañías que más recaudan con títulos de animación, los cuales han estado pensados desde el inicio para ser exhibidos en 3D.

Y de cara a Navidad el panorama no sólo no mejora sino que empeora: 19 de noviembre HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE (Parte 1) (Warner); una semana después, RAPUNZEL (Walt Disney, 26 de noviembre); una semana después MEGAMIND (Paramount, 3 de diciembre) y dos semanas después, el 17 de diciembre, otras tres el mismo día: GUARDIANS OF GA'HOOLE (Warner), TRON. THE LEGACY (Walt Disney) y EL OSO YOGI (Warner).

Es evidente que o se multiplican por mucho el número de salas con 3D (sobre todo que haya varias por ubicación) en los próximos meses o éste calendario no se puede cumplir. Habrá cambios de fecha o algún título tendrá que modificar su plan de negocio y calcular los ingresos por 3D muy a la baja.

Justo ahí es donde los modelos de financiación VPF emergen como la solución más factible. Muchos exhibidores querrán ampliar su oferta de salas digitales. Para ello deberán buscar sistemas de financiación que les permitan abordar tal apuesta sin que su modelo de negocio se tambalee. Y si hay que digitalizar, las integradoras sabrán hacerles ver que mejor para muchas salas que para pocas.

Los expertos en el tema (buena parte de los cuales se dieron cita en Barcelona a principios de mes en la conferencia internacional organizada por el ICAA en el marco de la presidencia española de la Unión Europea) afirman que el punto de inflexión se sitúa en el 60% del parque de salas modernas digitalizadas. El 40% restante cae por su propio peso. Y auguran que eso se debe conseguir en un plazo que oscilará entre 2 y 3 años (los más conservadores lo llevan hasta 5 en el plazo más largo).

No parece que haya vuelta atrás. Las integradoras, para espantar ciertos miedos entre los exhibidores europeos, juran y perjuran que los modelos VPF no limitan ni la capacidad operativa de los cines ni su absoluto control sobre los contenidos que vayan a exhibir (por si acaso, antes de firmar, que se aseguren de éstos extremos...), ya sean éstos cinematográficos o alternativos (de entre las ventajas del sistema digital destacan tanto la posibilidad de ganar en eficacia en la programación de sesiones como el exhibir eventos diversos -deportes, ópera, etc.- que permitan ingresos adicionales). Sea como sea los exhibidores tendrán que revisar su modelo de negocio para ver si encaja con sus perspectivas de futuro.

Este panorama puede valer (con sus matizaciones) para el 85% de las salas de España (fundamentalmente las que están situadas en complejos de más de dos pantallas). El 15% restante tendrán que estudiar modelos alternativos pues la mayoría de modelos VPF exigen unos niveles de rotación en las copias exhibidas que hacen económicamente inviable el acceso a los mismos a cines independientes de pantalla única o similares. La solución pasará por agrupaciones entre ellos (para negociar acuerdos VPF más asequibles) y por las ayudas públicas, ya sea con facilidades de acceso al crédito (mediante los bancos públicos o los avales) o con subvenciones directas. Éstas ayudas pueden provenir del ámbito local, autonómico, estatal o comunitario pero deberán ser prudentes (estar muy bien justificadas) para evitar contravenir normas de defensa de la competencia.

No sólo ciertos cines corren el riesgo de quedarse al margen del proceso. También los distribuidores independientes deberán sumarse a los acuerdos VPF (o similares) si no quieren tener dificultades a la hora de programar sus estrenos en las salas que ya tengan esos acuerdos firmados (dificultades no tanto de poder acceder a los cines sino de tener que compensar económicamente al exhibidor o a la integradora de turno en unos términos que desconoce y que pueden suponerle un inconveniente financiero imprevisto).

En resumen: en los próximos años (ahora sí parece que no habrá muchos más retrasos) se concretará la digitalización de la inmensa mayoría del parque de pantallas. Que el periodo de transición sea lo más ágil y rápido y lo menos traumático es lo primordial. Y a ello deben entregarse empresas del sector y administraciones públicas afectadas.

Cambiará la forma de distribuir. Como consecuencia del desarrollo de las nuevas tecnologías se modificarán los canales a través de los cuales se consuman las películas. Y muy probablemente se acortarán las llamadas ventanas de distribución (el tiempo que se tarda en comercializar el DVD y sus variantes tras el estreno en cine y el que pasa hasta la emisión por televisión). Pero de momento nada hace pensar que el cine deje de ser el gran escaparate para todos esos otros negocios.

Se trata, por tanto, de estar ahí (adaptarse a las nuevas tecnologías y a los nuevos hábitos que ello conlleve) y de saber sacar el máximo de cada novedad: si los distribuidores se ahorran mucho con la eliminación de las copias e ingresan más con la reducción de las ventanas de comercialización y con la suma de nuevos canales de distribución, los exhibidores deberán exigir sus compensaciones al ser parte muy directamente implicada y afectada por todas esas decisiones: mejores condiciones en el coste de alquiler de las películas y mayor flexibilidad en la programación (de todo tipo de contenidos) parecen las primeras monedas de cambio en la negociación. En eso están. Suerte a todos.